La gran mayoría de los restaurantes y cocinas comerciales generan grandes cantidades de grasas y aceites como resultado de la preparación y cocción de alimentos. Estas grasas pueden ser perjudiciales si se descargan directamente en el sistema de alcantarillado público.
Es importante que los restaurantes cuenten con sistemas de eliminación de grasas adecuados, como las trampas de grasa, para asegurarse de que las grasas no entren en el sistema de alcantarillado público y causen daños al medio ambiente.
Cuando estos residuos llegan a las tuberías, pueden causar bloqueos y obstrucciones, lo que puede provocar inundaciones y problemas de saneamiento en las comunidades cercanas. Además, cuando se liberan en el medio ambiente, los residuos de grasa pueden ser perjudiciales para la vida marina y los ecosistemas, ya que pueden afectar la calidad del agua y reducir los niveles de oxígeno disponibles para los organismos acuáticos.
La grasa en sí misma también puede tener un impacto significativo en el medio ambiente si se deja que la grasa se filtre en el suelo o en los cuerpos de agua cercanos, puede afectar la calidad del agua y los nutrientes del suelo, lo que puede tener consecuencias negativas para las plantas y los animales que dependen de ellos.
Aunque son comunes en algunos países, no se han adoptado universalmente en todo el mundo. La falta de regulaciones o la falta de conciencia sobre los impactos ambientales de las grasas y aceites en el medio ambiente son algunas de las razones por las cuales la instalación de trampas de grasa no es una medida globalmente extendida.
En Torreón se tiene planeado que las trampas de grasa sean un elemento obligatorio para los restaurantes y comercios, con el fin de garantizar el procesamiento del agua en plantas de tratamiento.
De acuerdo a la Dirección Municipal de Medio Ambiente de Torreón, a cargo de Susana Estens de la Garza, “es un tema que se tienen que realizar desde las licencias de funcionamiento, que ahora lo realizan Inspección y Verificación. Desde que se hace la revisión por parte de Medio Ambiente, a los restaurantes, les exige que debe tener una trampa de grasas, además que existe el reglamento de SIMAS para las descargas de drenaje y las trampas que se tienen que instalar y de las que se tienen que llevar bitácora”.
También existen proveedores que se dedican a recolectar el aceite y lo utilizan para reprocesar dicho insumo o para hacer otro compuesto con ellos, así que la grasa resultante de la operación de un comercio puede ser parte de una economía circular.
Esta es solo una de las muchas acciones que pueden hacer las empresas para disminuir su impacto ambiental y ayudar a crear otras fuentes de ingreso.
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