La Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat) presentó un documento clave que establece las bases para avanzar hacia un modelo de economía circular en México. Este enfoque busca respetar los recursos naturales y maximizar el uso de materiales y residuos, promoviendo una colaboración intersectorial e incluyente.
Este diagnóstico es un primer paso para dejar atrás el modelo de producción lineal y depredador, y avanzar hacia uno más respetuoso con el medio ambiente. Su creación se enmarca en el Memorando de Entendimiento firmado entre Semarnat y la Agencia Francesa de Desarrollo (AFD), el cual ha impulsado este trabajo conjunto durante los últimos 18 meses.
Durante la presentación, María Luisa Albores González, titular de Semarnat, subrayó que el gobierno actual, bajo la administración de Andrés Manuel López Obrador, ha reorientado la política ambiental, alejándose de las prácticas neoliberales y enfocándose en la protección de los recursos naturales.
Enfrentar la crisis climática, la pérdida de biodiversidad y la contaminación mediante un consumo responsable y una economía circular, que considere todas las etapas del ciclo de vida de los productos, desde la extracción hasta la disposición final..., resaltó Albores.
Alexia Levesque, directora regional para México, Cuba y Centroamérica de la AFD, destacó el impacto que este documento tendrá en los procesos de producción y consumo en el país, reiterando el compromiso de su organización en apoyar esta transformación.
Por su parte, Alonso Jiménez Reyes, subsecretario de Regulación Ambiental, explicó que este proyecto sienta las bases para crear estrategias, acciones y programas que faciliten la transición hacia una economía circular, reduciendo los impactos ambientales provocados por la actividad humana.
También participaron otros funcionarios, como Germán Ruiz Méndez, director general de Fomento y Desempeño Urbano Ambiental, Linda Riva Palacio Flores, del Instituto Nacional de Ecología y Cambio Climático (INECC), y Samantha Guadalupe Rosas Nieva, de la Unidad Coordinadora de Asuntos Internacionales (UCAI).
El documento “Bases para la Elaboración de un Diagnóstico de la Estrategia Nacional de Economía Circular en México” identifica los principales retos y oportunidades del país en esta transición, subrayando el papel crucial de las ciudades para mejorar la calidad de vida y el bienestar de sus habitantes.
Si quieres descargar el documento, ingresa aqui: Semarnat Economía Circular
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A menudo, las iniciativas como la presentada por la Semarnat tienen diagnósticos bien fundamentados y objetivos ambiciosos, pero el gran desafío es llevar estas ideas del papel a la realidad. La falta de mecanismos claros y efectivos para implementar las propuestas hace que muchos de estos proyectos se queden en meras declaraciones de intención, sin generar cambios tangibles en el corto o mediano plazo.
Uno de los principales obstáculos es la falta de incentivos y recursos. Cambiar un modelo económico tan profundamente arraigado como el de producción lineal no es fácil, y requiere de un apoyo estructural mucho mayor del que suele proporcionarse. Sin políticas de financiamiento robustas, coordinación interinstitucional eficaz y, sobre todo, incentivos que impulsen al sector privado a adoptar estas prácticas, es difícil que los resultados trasciendan más allá del ámbito teórico.
Además, está el problema del compromiso político y social. Si bien las autoridades suelen promover discursos a favor del desarrollo sostenible, estas propuestas muchas veces se ven frenadas por intereses económicos y políticos que priorizan el corto plazo sobre el bienestar a largo plazo. Cambiar hacia una economía circular también demanda un cambio significativo por parte del sector privado, que en muchos casos es reticente a transformar modelos de negocio que históricamente han sido rentables bajo el esquema de explotación de recursos.
Un problema clave es la falta de un seguimiento adecuado. La mayoría de estos documentos carecen de sistemas efectivos de monitoreo y evaluación, lo que hace difícil medir si las propuestas están teniendo el impacto deseado. Sin mecanismos claros para rastrear avances, corregir errores y garantizar que se cumplan los objetivos, muchos de estos planes pierden fuerza y se diluyen en el tiempo.
Para que estas iniciativas no queden en el papel, es necesario un compromiso más sólido y realista de todos los actores involucrados: gobiernos, empresas y la sociedad en general. Es fundamental que los proyectos se estructuren con acciones concretas, monitoreo constante y los recursos necesarios para que las metas de transición hacia una economía circular se conviertan en realidad, y no simplemente en promesas que se repiten año tras año.
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