En un alarmante informe reciente de Global Forest Watch (GFW), se revela que México ha experimentado una considerable pérdida de cobertura arbórea, estimada en 4.89 millones de hectáreas entre 2021 y 2023.
Este decremento representa el 9.3% de la cobertura forestal existente a principios de siglo, lo cual pone en relieve la grave situación ambiental que enfrenta el país. Esta reducción forestal es comparable a la desaparición de un área tres cuartas partes del tamaño del estado de Nuevo León, destacando aún más la magnitud de la deforestación.
Particularmente preocupante es la pérdida de 793 mil hectáreas de bosque primario húmedo, lo que constituye una disminución del 8.5% en este tipo de vegetación vital para el equilibrio ecológico.
Hasta el año 2010, México contaba con 50.2 millones de hectáreas de bosque natural, abarcando el 26% de su superficie terrestre. Sin embargo, tras una breve disminución en la tasa anual de pérdida de cobertura arbórea entre 2019 y 2022, el 2023 vio un notable incremento en este fenómeno, con 226 mil hectáreas de pérdida arbórea general y 49 mil hectáreas de bosque primario afectadas.
La agricultura itinerante ha sido identificada por el Instituto de Recursos Mundiales (WRI) como el principal motor detrás de esta devastación, siendo responsable del 70% de la pérdida de cobertura arbórea en 2022, seguida de cerca por la tala, con un 11%.
Además, se ha señalado que casi el 9.5% de esta pérdida forestal ocurrió en zonas que sufrieron deforestación permanente debido a la extracción de materias primas y la urbanización.
Los incendios forestales también han jugado un papel significativo en esta crisis, con 705 mil hectáreas de bosque perdidas entre 2001 y 2022. El año 2020 se destacó especialmente, con 86,400 hectáreas consumidas por el fuego, representando el 29% de la pérdida total de cobertura arbórea de ese año.
Cómo estamos a nivel mundial en pérdida de cobertura forestal
En un contexto más amplio, la actualización de GFW resalta que la pérdida total de bosques primarios tropicales en 2023 alcanzó las 3.7 millones de hectáreas a nivel mundial, un declive que, si bien muestra una reducción del 9% respecto a 2022, iguala prácticamente las cifras de años anteriores como 2019 y 2021.
Esta pérdida forestal global es responsable de la emisión de 2.4 gigatoneladas de dióxido de carbono en 2023, cifra que se aproxima a la mitad de las emisiones anuales de combustibles fósiles de Estados Unidos.
¿Qué pensamos en PlanetaB?
Frente a este panorama, es crucial que la sociedad, el gobierno y las empresas adopten un enfoque colaborativo y comprometido para revertir esta tendencia devastadora.
La sociedad puede participar activamente en la reforestación y en la promoción de prácticas de consumo sostenible.
El gobierno debe fortalecer las políticas de conservación, establecer áreas protegidas efectivas y promover prácticas agrícolas que sean sostenibles y respetuosas con el medio ambiente.
Las empresas, por su parte, tienen la responsabilidad de adoptar prácticas de producción que minimicen el impacto ambiental y fomenten la responsabilidad ecológica en toda su cadena de suministro.
La pérdida de cobertura arbórea no es solo una crisis ambiental; es también una llamada de atención sobre la urgencia de actuar de manera conjunta y decidida para proteger nuestro planeta para las generaciones futuras.
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Vía: Agencias
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