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Las 7 tonalidades de azul de la Laguna de Bacalar están en peligro por contaminación y turismo



De acuerdo con una investigación de la UNAM, las tonalidades azules de la laguna empiezan a mostrarse verdosas y cafés; el turismo desordenado y la falta de tratamiento de aguas residuales están acabando con el arrecife bacteriano de agua dulce más grande del mundo.


Bacalar, que viene de la expresión maya “Sian Ka’an Bakhalal”, la cual quiere decir “lugar donde nace el cielo”, es una joya natural del estado de Quintana Roo, que peligra por la contaminación humana.


Si alguna vez has tenido la oportunidad de visitar sus paisajes, sabrás que la Laguna de Bacalar es un destino mágico, que te atrapa con sus amaneceres y atardeceres, que no quieres dejar de sumergirte en sus siete colores de azul y descansar plácidamente.


Pero este exquisito espacio está en peligro por la contaminación propiciada por actividades turísticas y desechos de agricultura que están modificando los colores azules de la laguna, tornándose a verdosos o cafés; esto de acuerdo con un estudio de la UNAM.


Luisa Falcón Álvarez, investigadora del Instituto de Ecología, alertó sobre los daños generados a este cuerpo de agua dulce, e hizo un llamado para que se tomen medidas con el fin de preservar este espacio.


"...Es un tesoro del planeta que no hemos sabido cuidar; el turismo desordenado y la falta de tratamiento de aguas residuales están acabando con el arrecife bacteriano de agua dulce más grande del mundo...", expuso la experta en un comunicado.

Los siete tonos característicos de la laguna se generan por la arena blanca, la presencia de algas y los diferentes puntos de profundidad, pero están desapareciendo y transformándose en colores verdosos y cafés.


Durante quince años, Falcón y su equipo han trabajado en la zona, que pasó de ser un secreto turístico y recibir un puñado de turistas al año a recibir más de 140 mil visitantes en el 2019; si bien se tiene que incentivar el atractivo turístico, se tiene que hacer de forma ordenada, de otra forma no habrá atractivo para nadie en cuestión de años.


Falcón asegura que el incremento que ha vivido Bacalar ha sido por la llegada del sargazo al Caribe mexicano, que ha ahuyentado a los turistas a otros sitios, como Laguna de Bacalar.


"...Entonces se improvisaron hoteles y aparecieron servicios de la noche a la mañana, inadecuados y sin regulación. En los últimos tres años, la ocupación hotelera ha sido del 85 por ciento durante todo el año, lo que ha acelerado el deterioro del entorno...", denunció.

La situación es grave ya que la laguna forma parte de la cuenca hidrológica que constituye un corredor transversal costero de flujo de aguas superficiales y subterráneas y que conectan al Caribe con otros cuerpos de agua.


“...Ahora se vierten grandes cantidades de nitrógeno y fósforo que favorecen el crecimiento del plancton, lo que ha derivado en el cambio de coloración...", explicó.

La investigadora señala como principales problemas a resolver los asentamientos humanos no planificados (los cuales no cuentan con un tratamiento de aguas residuales formal), el aumento de residuos, los basureros a cielo abierto y los fertilizantes utilizados en cultivos de la región


Bacalar alberga al arrecife de bacterias de agua dulce más grande del mundo, por lo que el equipo de investigadores estudia los cambios en la diversidad de estas comunidades, conocidas como microbialitos.


Los microbialitos son estructuras organo-sedimentarias bénticas formadas por la acreción, atrapamiento o precipitación mineral mediada por actividad microbiana.​


Por más de 15 años, Falcón ha estudiado la salud de las comunidades microbianas que forman arrecifes hechos por bacterias y que datan desde hace nueve mil años.

"...No trabajamos con calidad del agua, sino con ecología microbiana, y nos llamó la atención que en una Semana Santa hubo tal cantidad de visitas, que las lanchas se estacionaron sobre los microbialitos (que se forman por acción de las bacterias), rompiendo su parte viva...", dijo.

Estos sitios son muy frágiles y deben conservarse para continuar su estudio. De hecho debido al confinamiento provocado por el SARS-Cov2, los microbialitos comenzaron a recuperarse, pero necesitarán más que un par de meses para recuperarse del daño que presentan, incluso se habla de décadas.


Los investigadores se encuentran trabajando con la Secretaría del Medio Ambiente para determinar qué zonas deben ser consideradas núcleo de conservación y prohibir las visitas, en cuáles el acceso debe ser muy estricto y controlado y cuáles como perdidas.


"...Cuando comenzamos a trabajar, el Canal Pirata tenía arrecifes de microbialitos y manglar, ahora es sólo una barra de sedimento; las lanchas que llegan y el movimiento de la gente han acabado con este sitio al provocar su erosión...", indicó.

La experta subrayó que el progreso económico y social no debe estar peleado con la conservación del entorno, pero debe reconocerse que hay sitios valiosos por los servicios ecosistémicos que brindan, como la filtración de agua, producción de oxígeno, biodiversidad y captura de carbono.


"...Debemos aprender que no estamos separados de la salud de las comunidades ni de los ecosistemas, y que la mejor vacuna es la conservación y el desarrollo sostenible...", expresó.

Totalmente de acuerdo con Luisa Falcón, el turismo sostenible es posible, para lograrlo necesitamos crear un sistema de educación en la población y turistas, así como evitar la explotación indebida de hoteles y comercios.


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Vía: Con información parcial de Reforma

Imagen: SalaPrensaUNAM



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