¿Nos sorprende? para nada. De hecho, tanto esta administración como en sexenios anteriores, el medio ambiente ha sido el gran perdedor; siempre delegado y nunca dándole la importancia que merece, el resultado es este.
La situación de la contaminación en México es tan grave que, si seguimos así, en 2050 podríamos estar en un punto sin retorno. Y lo más preocupante es que ya nos están ganando países como Vietnam en la lucha contra los gases de efecto invernadero.
Según el Índice de Desempeño Ambiental (EPI) de la Universidad de Yale, México está entre los países con peores calificaciones a nivel global. Además de producir más gases de efecto invernadero que Afganistán y Vietnam, nuestras políticas públicas siguen enfocadas en quemar combustibles fósiles, y la biodiversidad parece estar en el último lugar de la lista de prioridades.
¿Por qué debería importarnos el índice de contaminación de México?
El EPI, que se elabora cada dos años por las universidades de Yale y Columbia, clasifica a 180 países según su sostenibilidad, basándose en aspectos como la salud ambiental, la vitalidad de los ecosistemas y el impacto del cambio climático. Estos resultados son claves para que los gobiernos y organizaciones internacionales puedan ver cómo va su desempeño ambiental y qué tan lejos están de lograr un futuro sustentable.
Lamentablemente, México no va por buen camino. De los 180 países evaluados, estamos en el lugar 94, lo que nos pone al nivel de Armenia. Y lo más preocupante es que nuestros números empeoran en los aspectos más importantes para la sostenibilidad ecológica.
México entre los 11 países con el futuro más negro en contaminación
México ocupa el lugar 169 en el indicador de emisiones proyectadas para 2050, lo que nos coloca entre los 11 países con las peores proyecciones para reducir emisiones. Este indicador mide si los países están encaminados a erradicar sus emisiones de cuatro gases de efecto invernadero en los próximos 25 años, y la verdad es que no pintamos nada bien.
La situación se complica aún más cuando vemos los niveles de México en cada una de las categorías del Índice de Yale. Estamos entre los peores del mundo en cuanto a emisiones proyectadas de óxidos de carbono, metano, gases fluorados y óxidos de nitrógeno.
¿Cómo nos va con cada uno de estos gases?
En el caso del Monóxido de Carbono (CO), México se encuentra en el lugar 140, al nivel de Guatemala y Argelia, y mucho peor que Afganistán y Nigeria. Este estudio analiza la concentración de CO en relación con la densidad de población, lo que muestra qué tan expuestas están las áreas más habitadas.
En cuanto al Dióxido de Nitrógeno (NO2), estamos en el puesto 148, por debajo de Vietnam, Israel e Irak. Pero lo más preocupante es que México ocupa el último lugar en exposición al Dióxido de Azufre (SO2), empatado con Israel, Kuwait y Ruanda. Y la principal razón es la quema de combustibles fósiles, una práctica que sigue siendo promovida para apoyar a PEMEX.
¿Y qué pasa con Vietnam que no está haciendo México?
Aquí es donde el contraste se vuelve interesante. Vietnam ha estado escalando posiciones en el EPI, lo que refleja su esfuerzo en mejorar su desempeño ambiental. Aunque sigue enfrentando desafíos importantes, el país ha implementado políticas más agresivas para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero y proteger su biodiversidad. Vietnam ha puesto en marcha programas de reforestación y ha mejorado su infraestructura energética, invirtiendo en energías renovables como la solar y la eólica.
En la edición anterior del EPI, Vietnam estaba en una posición más baja, pero ha mejorado su ranking gracias a estas medidas. Actualmente, ocupa un lugar mejor que México en el indicador de emisiones proyectadas para 2050 y está tomando un camino más sostenible a largo plazo.
Esto demuestra que, aunque Vietnam aún enfrenta sus propios retos, está haciendo un esfuerzo significativo para cambiar su rumbo ambiental, algo que México debería considerar seriamente si quiere evitar un futuro aún más sombrío.
México descuida su biodiversidad y áreas protegidas
La contaminación por gases es solo parte del problema. En cuanto a la conservación de la biodiversidad y los hábitats naturales, México también se encuentra en una posición desastrosa, ocupando el lugar 141, una vez más al nivel de Afganistán.
Este índice evalúa cosas como la protección de áreas clave de biodiversidad marina y terrestre, la representatividad de las áreas protegidas, la protección de especies, y el impacto de tierras agrícolas y edificaciones en áreas protegidas.
En resumen, la contaminación en México ha llegado a niveles comparables con países que están en situaciones de guerra y pobreza extrema. Según el EPI, que calcula las tendencias de aumento o disminución de emisiones a lo largo de diez años y las proyecta hasta 2050, México no está tomando las medidas necesarias para frenar la contaminación. Si no cambiamos de rumbo, no lograremos reducir las emisiones ni cumplir con los objetivos climáticos para 2050.
¿Qué pensamos en #PlanetaB?
Es alarmante ver cómo México, un país con tanta riqueza natural, se encuentra en una situación tan crítica en términos de contaminación y sostenibilidad ambiental. A pesar de las advertencias y los datos duros, parece que seguimos atrapados en viejas prácticas que no solo están dañando el presente, sino que también hipotecan el futuro.
La comparación con Vietnam, un país que ha logrado mejorar su desempeño ambiental a pesar de sus propios desafíos, debería ser un llamado de atención. Si ellos pueden dar pasos hacia un futuro más verde, ¿por qué nosotros no?
Es evidente que nuestras políticas públicas necesitan un cambio radical, una reorientación hacia energías limpias y la protección de nuestra biodiversidad. El hecho de que estemos en los últimos lugares del EPI no es solo una estadística, es una señal de que estamos fallando en cuidar nuestro país y su gente.
Si no tomamos medidas urgentes y efectivas, no solo estaremos perdiendo la batalla contra el cambio climático, sino que también estaremos condenando a las futuras generaciones a vivir en un entorno cada vez más deteriorado.
La reflexión es clara: el tiempo de actuar es ahora. México tiene el potencial, los recursos y el talento para revertir esta situación, pero eso requiere voluntad política y un compromiso serio con la sustentabilidad.
No podemos seguir permitiéndonos estar en el último lugar en temas que son vitales para nuestra supervivencia. Es momento de aprender de países como Vietnam y empezar a construir un futuro en el que podamos respirar tranquilos, literalmente.
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