Las montañas gélidas de la Antártida albergan suficiente agua para aumentar los niveles del mar a casi 60 metros. Aunque el derretimiento de todo este hielo por el momento es impensable cada día estamos más cerca de este apocalíptico futuro.
Más de tres cuartas partes de la Antártida están contenidas en plataformas de hielo, las extensiones flotantes de los glaciares que protegen el hielo terrestre tras ellas como si fueran murallas.
Pero desde hace años, científicos han alertado sobre nuevas vulnerabilidades que están debilitando dichas paredes por arriba y por abajo… sí, por abajo mediante ríos subterráneos que terminan por fracturar las murallas.
Un estudio de la Universidad de Columbia, alertó sobre las fracturas que presentan estas grandes murallas y afirma que más de más de la mitad de las plataformas de hielo están en peligro de fracturarse como consecuencia del calentamiento del planeta.
“...En caso de que se quebraran estas plataformas de hielo del continente antártico, el nivel del mar podría aumentar muy rápido en todo el mundo…”, apunta la investigación publicada en la revista científica Nature.
La importancia de las plataformas de hielo
Estos muros gélidos, sobre todo la barrera de hielo Larsen, evitan que los glaciares avancen hacia el mar; el problema con la Antártida es que en caso de que se fracturen la plataformas los glaciares, estas grandes masas de hielo, fluirían cuesta abajo debido a su peso, desembocando en el océano.
Actualmente, la gran mayoría de las plataformas de hielo cuentan con numerosas fracturas en sus superficies y la gravedad de estas fisuras es que pueden superar los cien metros de anchura.
Si bien, durante todo el año, estas estructuras permanecen congeladas, los científicos prevén que el calentamiento global provoque un derretimiento generalizado en el continente.
En los últimos 70 años, la temperatura de la Antártida ha aumentado 2.5 grados centígrados, por lo que es uno de los lugares que más rápido se calienta en el mundo, de hecho en el 2008, la barrera de hielo Wilkins colapsó.
El 25 de marzo de 2008 se desprendieron 405 km² de la barrera Wilkins, exponiendo al resto de la plataforma a un mayor riesgo de desprendimiento.
A finales de marzo parte de este istmo de hielo se desprendió de la plataforma reduciendo aún más su anchura. Este segundo desprendimiento que implicó unos 160 kilómetros cuadrados de la plataforma ha sido el primer suceso de este tipo en invierno del que se tiene constancia. A diferencia de la Barrera de Hielo Larsen la plataforma de hielo Wilkins no está conectada a glaciares situados en el interior de la Antártida y por lo tanto su desaparición no tendrá un efecto distinguible en el nivel del mar.8
Conforme la temperatura incrementa en la región, más agua derretida se acumula en la superficie. Al entrar líquido a las fracturas, se abren aún más hasta tal punto que una plataforma de hielo puede fragmentarse en pequeñas piezas.
“El agua derretida es más pesada que el hielo, por lo que puede penetrar a través de todo el espesor del hielo, como si fuera un cuchillo. A este proceso se le conoce como hidrofracturación”, dijo Ching-Yao Lai, investigador de la Universidad de Columbia.
Cerca del 60 por ciento de las plataformas de hielo son vulnerables a este proceso, es decir, a fracturarse, de acuerdo con el estudio liderado por el Observatorio de la Tierra Lamont-Doherty.
De continuar con nuestra vida sin cambios, el calentamiento global se convertirá en un punto de no retorno, donde millones de personas tendrán que evacuar sus ciudades convirtiéndose en refugiados climáticos.
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Vía: Reforma
Imagen: NatGeo
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