El plástico está en todos lados, desde los picos más altos hasta el fondo marino, pero un estudio ahora demuestra que está en nuestros alimentos.
Esto no es nuevo, ya se habían realizado estudios anteriormente en Estados Unidos en donde se habían encontrado que pequeños trozos de plástico se habían infiltrado en el suelo y mares, lo que representaba una amenaza para la salud animal y humana.
Si bien, dichos estudios previos tenían un impacto en nuestras vidas y el medio ambiente, no se habían realizado en México.
Un estudio realizado por investigadores de distintas universidades de México arrojó la presencia de microplásticos en estómagos de varias especies de peces que son capturadas en los Golfos de California, de México y en el Mar Caribe, informó ayer la organización Greenpeace.
El estudio fue trabajado en conjunto Greenpeace, el Centro para la Diversidad Biológica, Barco Lab, la Universidad Autónoma de Baja California Sur, el Laboratorio de Biodiversidad y Conservación Arrecifal, de la UNAM y el Instituto de Ciencias Marinas y Pesquerías de la Universidad Veracruzana.
Se analizaron 755 peces recolectados en las tres zonas pesqueras del país; en los estómagos de 54% de los peces analizados se hallaron microplásticos, además de otras fibras y materiales.
Tras analizarlos en laboratorio, el resultado fue que en el 20 por ciento de la muestra se detectó la presencia de celofán, fibras textiles y otros polímeros usados para elaborar bolsas, botellas o empaques pequeños.
Nos sumamos al llamado de Greenpeace para solicitar urgentemente a los legisladores a reformar la ley para reducir plásticos de un solo uso a través de prohibiciones de productos y materiales que impacten negativamente al medio ambiente.
De seguir así tendremos una dieta rica en microplásticos, tristemente nuestros océanos y la vida marina que habita en éstos está en grave peligro debido a los humanos; sino hacemos cambios de consumo seremos los artífices de nuestra propia perdición.
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Vía: Greenpeace Imagen: Greenpeace