La vaquita marina, el mamífero más amenazado del mundo y no precisamente por la crisis climática, sino por terminar siendo un daño colateral de la pesca ilegal de totoaba, podría extinguirse en menos de un año.
La población de vaquitas marinas ha disminuido rápidamente en la última década. Desde 2011, el número de vaquitas se ha reducido un 98.6 por ciento, se estima que hoy quedan menos de 10.
El gobierno mexicano ha sido incapaz de evitar que las redes de pesca ilegales continúen operando en aguas protegidas.
Científicos de la Universidad de St. Andrews, en Escocia, advirtieron que se necesitan acciones urgentes si se quiere salvar a la vaquita marina, endémica de la parte superior del Golfo de California en México.
En la encuesta más reciente de 2018, los científicos dijeron que quedaban menos de 19 marsopas, pero el número probablemente era tan bajo como nueve.
La disminución de la marsopa se ha atribuido a los pescadores en la región que se dirigen al pez totoaba. Su vejiga es muy solicitada por consumidores chinos quienes la consideran un manjar.
A pesar de la prohibición por parte del Gobierno mexicano del uso de la red de enmalle, que causa la matanza de marsopas como captura incidental, la pesca ilegal ha continuado.
Desde que se introdujo la prohibición en 2017, se encontraron 10 marsopas de vaquitas muertas, donde las muertes podrían determinarse atribuidas al ahogamiento en las redes, según el estudio publicado en la revista Royal Society Open Science.
El profesor Len Thomas, del Centro de Investigación de la Universidad de St Andrews para la Investigación en Modelado Ecológico y Ambiental (CREEM), fue invitado a participar en un panel internacional de expertos en estadística ecológica para analizar los datos.
"...La presencia continua de redes de enmalle ilegales a pesar de la prohibición de emergencia continúa conduciendo a la vaquita hacia la extinción. Se requiere una acción de gestión inmediata para salvar la especie…”, dijo.
Los investigadores han determinado, utilizando una gran red de sensores acústicos distribuidos sobre el agua en que habitan los mamíferos, que el número de ejemplares de este raro animal marino disminuyó en casi un 99 % desde que comenzó el estudio de monitoreo actual en 2011, y en casi un 50 % anual desde 2016.
El tema de la vaquita marina no es nuevo, de hecho se clasificó como una especie protegida y en peligro de extinción desde el 2001 y no hemos sido capaces de crear soluciones para su conservación.
Por otro lado, la Comisión Nacional para el Conocimiento y Uso de la Biodiversidad (Conabio), afirma que es posible rescatar de la extinción a la vaquita marina, pero que las acciones deben ser inmediatas.
Acciones como fortalecer las actividades de monitoreo, asegurar que el área donde se concentra permanezca libre de redes, que los Estados Parte en el tránsito y destino del tráfico ilegal de totoaba trabajen en conjunto para detener esta actividad, que trasciende las fronteras de México.
El gobierno mexicano presentó en marzo pasado la Iniciativa de Sustentabilidad en el Norte del Golfo de California, en la que participan dependencias del Gobierno de México como la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural (SADER) y la Comisión Nacional de Acuacultura y Pesca (CONAPESCA).
Tan inminente es la amenaza que las Islas y Áreas Protegidas del Golfo de California, al noroeste de México, hábitat de la vaquita marina, fueron inscritas recientemente en la lista del Patrimonio Mundial en peligro, debido a la preocupación por la inminente extinción de esta especie, así lo anunció la Unesco.
Lamentablemente, a pesar de todos los esfuerzos y advertencias y medidas implementadas, sólo nos quedan menos de diez especímenes de vaquita hoy en día. ¿Realmente tiene los días contados? La realidad es que el gobierno actual parece haber relegado la protección de la vaquita marina en su lista de prioridades.
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Vía: Agencias Imagen: istock