Es un día importante, un día que podría marcar el futuro de la energía ya que Noruega, uno de los países que se ha distinguido por continuar con la energía fósil a pesar de presentarse como un país vanguardista y sustentable, le dio la espalda al petróleo, dejando a una industria sucia sorprendida y decepcionada.
El parlamento de Noruega ha dado un golpe significativo a la industria petrolero del país al retirar el apoyo para la exploración de combustibles fósiles en las islas Lofoten en el Ártico, las cuales son consideradas una maravilla natural.
La medida fue presentada por el partido laborista, con mayoría parlamentaria, como parte de su agenda política ante la creciente oposición de la sociedad por los combustibles fósiles; si bien Noruega ha hecho gran parte de su riqueza gracias a este industria, hoy le da la espalda y ve un futuro más sostenible con la energía renovable.
En México podríamos tener una situación similar con la Cámara de Diputados y Senadores ya que la mayoría es de MORENA y podrían votar o tomar medidas de este tipo; pero la realidad es que vamos en dirección opuesta, apoyando al carbón y petróleo y cerrando las puertas a la energía renovable; Noruega nos está dando el ejemplo de cómo dejar de depender de energía sucia, sólo que en México hay demasiados intereses para dejar morir esta industria.
Pero no todos festejan la decisión del parlamento, por ejemplo la empresa Equinor ASA, la cual tenía acceso a los suministros de petróleo en Lofotem afirma que es esencial continuar perforando y extrayendo petróleo en este sitio para que el país mantenga la producción de 1.6 millones de barriles de petróleo por día de sus operaciones en el mar.
"...Toda la industria está sorprendida y decepcionada. No proporciona la previsibilidad de la que dependemos…”, dijo a Bloomberg Karl Eirik Schjott-Pedersen, director de la Asociación Noruega de Petróleo y Gas.
Se estima que hay entre 1,000 y 3,000 millones de barriles de petróleo debajo del lecho marino del archipiélago de Lofoten. El área ya había sido mantenida fuera de los límites durante años por el gobierno de coalición de Noruega a través de varios acuerdos políticos.
Jonas Gahr Store, líder del partido laborista, expone una ruptura en el partido cuando el liderazgo intenta reflejar las crecientes preocupaciones ambientales de la población, mientras que también apunta a apoyar a los sindicatos de trabajadores en la industria petrolera, que han sido los principales patrocinadores de la partido.
Store dijo que el partido continuará apoyando a la industria petrolera, pero también dijo que quiere que las empresas petroleras en el país se comprometan a cumplir un plazo para hacer que todas las operaciones sean libres de emisiones.
Industry Energy, el mayor sindicato petrolero de Noruega, que ha sido un aliado del Partido Laborista, atacó la nueva postura del partido sobre la perforación en Lofoten.
“...Esta medida crea desequilibrios en las discusiones sobre políticas para una industria que depende de una perspectiva a largo plazo y no podemos aceptarlo…”, dijo Frode Alfheim, líder del sindicato, al Sydney Morning Herald.
La medida se produce días después de que el gobierno de Noruega dio el visto bueno el viernes para su fondo petrolero de 1 billón de dólares, el fondo de riqueza soberana más grande del mundo, para invertir en proyectos de energía renovable que no cotizan en bolsa.
Esto quiere decir que miles de millones de dólares estarán destinados a energía eólica y solar; que la riqueza acumulada por los combustibles fósiles se está redirigiendo hacia las ganancias futuras en energía renovable.
Un mayor número de industrias y países han comenzado estrategias de desinversión de combustibles fósiles, citando riesgos futuros para sus modelos comerciales y económicos.
El mes pasado, el fondo petrolero de Noruega dijo que ya no invertiría en 134 compañías que exploran petróleo y gas, sino que retendría participaciones en grandes empresas petroleras, incluidas BP y Shell, que tienen divisiones de energía renovable.
Y en México, pues el presidente Andrés Manuel López Obrador quiere revivir la energía fósil con refinerías y compras excesivas de carbón para continuar operando una industria agonizante; tenemos todo para ser líderes en energía renovable, lástima que las decisiones del país estén en mentes ignorantes, soberbias y con intereses personales.
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Vía: The Independent Imagen: Greenpeace