Cada día vemos avances que nos hacen pensar que el mundo va por el camino correcto, pero la realidad es que todavía nos hace falta enderezar mucho la brújula, ya que al ritmo actual nos estamos terminando el planeta más rápido de lo que pensamos.
Muchos pueden compartir esta visión un tanto fatalista, académicos, investigadores, científicos, pero de quien nunca nos hubiéramos imaginado que piensa de la misma forma sería de un directivo de una compañía petrolera… pero estábamos equivocados
“...El mundo se está moviendo en la dirección equivocada en su lucha contra el cambio climático y las compañías de energía deben intensificar y desempeñar su papel para reducir drásticamente las emisiones de gases de efecto invernadero…”, dijo el CEO de British Petroleum, Bob Dudley,
Todos festejamos en el 2015 el Acuerdo de París y pensábamos que sería un momento mágico, pero la realidad ha sido abrumadora y no estamos cerca de alcanzar el objetivo de mantener un aumento de la temperatura global por debajo de los 2 grados centígrados para el 2100.
En la trayectoria actual, la demanda mundial de energía aumentará en aproximadamente un tercio para 2040, incluida la creciente demanda de petróleo crudo y otros combustibles líquidos antes de que finalmente se estabilice.
"...Por más brillante que pueda parecer nuestro futuro, estamos operando en un mundo que no está en un camino sostenible. Se espera que los gases de efecto invernadero aumenten en un 10 por ciento en las próximas dos décadas, cuando deberían caer dramáticamente...", dijo Dudley.
Dudley citó posibles soluciones, como los reguladores federales que empujan a la industria del carbón fuera del sector eléctrico y los gobiernos de todo el mundo que adoptan más precios del carbono, o impuestos, sobre las compañías energéticas.
"...Tenemos que pasar de ser compañías de petróleo y gas puras a empresas de energía más amplias. Nuestro enfoque debe ser desarrollar un sistema de energía que sea más limpio, mejor y más amable con el planeta...", continuó Dudley.
El año pasado, BP aseguró que mantendría las emisiones de gases de efecto invernadero de sus operaciones en o por debajo de sus niveles de 2015 en los próximos años.
Si bien el gas natural se quema más limpio que el petróleo, el desafío es garantizar que el metano no se escape durante la perforación y la producción de gas. Esas emisiones son vistas como el talón de Aquiles del gas natural. Por lo tanto, BP está estableciendo el objetivo de mantener sus emisiones de metano en un 0.2 por ciento del gas producido.
“...BP debe ser progresista para la sociedad, pragmático para los inversionistas y lo suficientemente ágil como para cambiar a medida que el mercado cambia…”, dijo Dudley.
Lo cierto es que BP ha comenzado a diversificarse. A principios de este siglo, BP invirtió fuertemente en energía renovable, quizás antes de que fuera económicamente viable.
Una declaración que también asombró a propios y extraños vino de parte de Gretchen Watkins, presidente de la subsidiaria estadounidense de Shell, quien solicitó a la Casa Blanca que refuerce las reglas sobre fugas de metano de la producción de petróleo y gas, en lugar de hacerlas retroceder según lo propuesto por la administración de Trump; "necesitamos hacer más", dijo Watkins.
Esperemos que estas no sólo sean declaraciones para hacer quedar bien a las compañías de energía fósil y que éstas continúen invirtiendo en energías renovables y a la par disminuyan su participación en fósiles.
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Vía: The Guardian imagen: BP