Al día de hoy, en México todavía es complicado encontrar proyectos inmobiliarios públicos o privados, grandes o pequeños que estén libres de un impacto ambiental, sobre todo en lo que se refiere a la tala de árboles.
La Ciudad de México es una de las ciudades en el mundo con gran infraestructura, pero este 'progreso' viene con un alto costo -que a nuestro parecer podría disminuir debido a la pobre normativa ambiental que tenemos- que provoca la pérdida masiva de árboles.
En el 2012, al cierre del gobierno de Marcelo Ebrad (sí, nuestro ‘flamante Secretario de Relaciones Exteriores) se registró el derribo de más de 24 mil ejemplares en la Ciudad de México; 6 años y el panorama no ha cambiado.
La Procuraduría Ambiental y del Ordenamiento Territorial (PAOT) afirmó que al término del gobierno de Miguel Ángel Mancera en el 2018, se calcula que se talaron más de 20 mil árboles y como supuesta compensación se restituyeron 73 mil, aunque no se sabe si fueron plantados.
De acuerdo con la legislación, en las autorizaciones ambientales fue ordenada la restitución de hasta 3.6 ejemplares por cada árbol trozado, pero en realidad se desconoce si fueron plantados.
"...Existe la incertidumbre de dónde están ubicados estos árboles o si no se han plantado...", según el informe de la PAOT.
Las obras para construir vialidades destinadas a la circulación de automóviles fueron la primera causa de deforestación, con 8 mil 349 árboles cortados. En segundo lugar están las obras para edificar las siete líneas en operación de los corredores de transporte Metrobús, con 8 mil 248 árboles derribados.
También la controversial Línea 12 del Metro no se quedó atrás y registró la tala de 3 mil 487 árboles. Y eso sólo es de obras públicas, todavía faltaría sumar edificios, casas, y tala ilegal que se desconoce.
Del total de ejemplares, sólo una parte fue repuesto en el nuevo parque lineal sobre Río Mixcoac, en colonias contiguas como San José Insurgentes, Crédito Constructor o en el parque Acacias.
De acuerdo con Reforma, en el desnivel de Tlalpan y Río Churubusco, por la tala de 283 ejemplares se acreditó el pago de una compensación económica por $2,111,000 pesos, depositados el 23 de enero del 2017 al Fondo Ambiental Público, recursos con los cuales se patrocinaron ‘algunas’ acciones de reforestación.
Y es una burla por estas ‘acciones’ de reforestación difícilmente llegan a la compensación de plantar 1,100 árboles.
Como usualmente sucede en las obras públicas, los registros terminan perdidos o simplemente se muestra una información parcial de los hechos, por ejemplo, la Sedema aseguró que reforestó 6 mil árboles en 120 sitios distribuidos en 11 alcaldías y creó un mapa para georreferenciar la ubicación, pero sólo aparece una muestra.
En obras privadas, en los 10 años recientes, se estima que otros 20 mil árboles fueron suprimidos, con aprobación de las autorizaciones de impacto ambiental.
A todo esto, la nueva Jefa de Gobierno, Claudia Sheinbaum, dijo que estudian los casos de constructoras que no cumplieron con la mitigación de obra, por lo que serán sancionadas.
"...Evidentemente tienen que cumplir con todo lo que está establecido en las obras de mitigación; no solo la tala de árboles, sino muchas otras obras de mitigación que no han cumplido...", dijo Sheinbaum al respecto.
Sólo como duda general: ¿qué pasará con las administraciones pasadas que no cumplieron, como la de Marcelo Ebrad?, ¿se les investigará o se pasará por alto porque ahora están en el poder?
Sheinbaum afirmó que buscará cumplir con las sanciones. "...Se van a hacer las sanciones y lo más importante para nosotros es que se cumpla con lo que se estableció y que se cumpla con la ley en todos los casos...".
La Mandataria indicó que no existe un sistema en el que se pueda ver cada una de las autorizaciones -típico, todo está perdido en el limbo cuando se trata de una auditoría- por lo que se revisará expediente por expediente.
Esperamos que esta información se publique tal y como promete la Jefa de Gobierno, actualmente el Gobierno de la Ciudad se encuentran trabajando en una plataforma que sea pública y donde se incorporen estos expedientes, veamos si esto es una realidad.
Todo parece indicar que la CDMX está destinada a sucumbir ante los intereses públicos y privados; lo que antes era una ciudad con vida y árboles ahora es una jungla de concreto que expide contaminantes, una realidad más de Tolkien… adiós a los bosques, bienvenido el ‘progreso’.
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Vía: Agencias, Reforma / Universal Imagen: Andrea Ucini