Tanto los plásticos que entran nuevamente a nuestro ambiente, como los que ya se están desintegrando en microplásticos, son uno de los grandes desafíos del presente y futuro.
Esta problemática es una que todos debemos abordar, adultos, jóvenes y por qué no, niños por igual.
Tal es el caso de Anna Du, quien a sus 12 años es una de los 10 finalistas del 3M Young Scientist Challenge y tendrá la oportunidad de llevar su invento a los mares.
“...Un día, mientras visitaba el puerto de Boston noté pedacitos de plástico en la arena. intenté recogerlos pero habían demasiados, parecía imposible limpiarlo todo…”, dijo Anna a Boston25 News.
Anna, amante de los animales y preocupada por el impacto que tiene el plástico en nuestro entorno buscó la forma reparar el daño que le estamos haciendo a los océanos.
Comenzó a buscar la forma de combatir los microplásticos en los océanos y su curiosidad y determinación la llevaron a ser seleccionada como una de las 10 finalistas para el Discovery Education 3M Young Scientist Challenge.
Su invento es un dispositivo submarino que utiliza luz para detectar objetos o contaminación dañina en el océano. Es un ROV -vehículos que están controlados por un operador que no está en el vehículos- inteligente con luz infrarroja que identifica y elimina los microplàsticos de los sistemas marinos y lo mejor es que no hace daño a los organismos vivos.
Anna eligió usar infrarrojos en su dispositivo ROV porque pueden ayudar a los científicos a distinguir los microplásticos de otros materiales no peligrosos bajo el agua sin tener que enviar muestras al laboratorio.
El siguiente paso como finalista es trabajar con un científico de 3M para afinar y mejorar el dispositivo. En caso de ser viable, este proyecto de una niña de 12 años se puede transformar en una herramienta para ayudar a los científicos a detectar dónde están los microplásticos.
“...La razón por la que entré en este desafío es porque estaba buscando un lugar ideal que pueda ayudar a incubar mi idea, que creo que puede ayudar al mundo y me ayuda a obtener mentores del grupo de científicos e ingenieros talentosos de 3M…”, dijo Anna.
En octubre, ella y los otros 9 finalistas participarán en la competencia final en el 3M Innovation Center en Saint Paul.
Pero los planes de Anna no se detienen ahí, sino que quiere estudiar en el prestigioso MIT (Massachusetts Institute of Technology) para realizar estudios relacionados con el océano.
“...Espero ser una ingeniera porque amo el océano y los animales marinos y quiero hacer algo para ayudar. En el futuro, con mi ingeniería, espero ser capaz de salvar a las personas con todos mis inventos…”, dijo Anna.
Necesitamos más Annas en el mundo, que busquen, que desafíen, que tengan esa curiosidad para salvar nuestro mundo.
Si quieres conocer más sobre el proyecto ve su video o ingresa a la página de Young Scientist Lab.
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Vía: Treehugger / Young Scientist Lab Imagen: Screen capture Young Scientist Lab