En todo el mundo, se consumen alrededor de 100 mil millones de plátanos al año. Eso crea alrededor de 270 millones de toneladas de desechos de cáscaras que usualmente se pudren o terminan en la basura.
En cualquier caso, si no se manejan correctamente los residuos orgánicos, pueden contaminar el aire y si se descomponen liberan metano en la atmósfera.
Isaac Nichelson, un experto en la industria de la moda sostenible, encontró una oportunidad de negocio con el desperdicio de alimentos.
Los subproductos del plátano, piña, lino y cáñamo se pueden recolectar para transformarlos en fibras naturales que se pueden tejer en las prendas.
La startup Circular Systems está buscando revertir la tendencia del desperdicio y hacer de la industria textil una más limpia. Dicha startup es pionera en nuevas tecnologías para convertir las cáscaras de alimentos en fibras utilizables.
Con esta iniciativa, Nichelson quiere poner a la industria de la moda en un nuevo camino hacia una producción y abastecimiento sostenible.
Recientemente, Circular Systems recibió una subvención de Global Change Award por $350 mil dólares otorgada por la H&M Foundation para ampliar sus operaciones; así mismo, cuenta con alianzas con marcas globales como H&M y Levis para integrar sus fibras sostenibles en sus operaciones.
Circular Systems utiliza tres tecnologías diferentes. Primero Agraloop Bio-Refinery, un sistema patentado que transforma los residuos de los cultivos en textiles. Los mismos granjeros y productores que cosechan los cultivos pueden poseer y usar los sistemas Agraloop para generar ingresos adicionales para ellos mismos y utilizar sus excedentes de desechos.
La segunda tecnología, Texloop convierte los desechos textiles y ropa usada en nuevas fibras. Texloop utiliza una tecnología patentada para mezclar una variedad de textiles naturales y sintéticos en nuevos hilos y telas.
Por último está la tecnología Orbital, que hace que las fibras de desechos alimenticios y las textiles recicladas se combinen para crear un hilo más duradero y que absorbe la humedad, lo cual ha despertado el interés de grandes marcas deportivas.
Nichelson comenzó a crear textiles sostenibles en 1990 cuando trabajaba como diseñador para una marca de ropa de surf y se sorprendió al observar la cantidad de productos químicos de los que dependía la industria textil.
Un día, cuando ingresó a las instalaciones de producción de su compañía en Portland, casi se desmayó de los humos. "...No podía creer que las personas estuvieran allí trabajando en estas condiciones...", dice Nichelson.
Desde ese momento en adelante, Nichelson se interesó en desarrollar materiales más naturales que lograran los mismos efectos de alto rendimiento de telas basadas en productos químicos como el nylon y el poliéster.
Está búsqueda hizo que Nichelson conociera a Yitzac Goldstein, un científico que había creado diferentes materiales con fibras recicladas y a Geof Kime, quien buscó legalizar el cáñamo industrial para que se pudiera cultivar como una alternativa más sostenible a materiales sintéticos.
Durante los últimos años, los tres pioneros han colaborado en cómo llevar las ideas de la agricultura regenerativa y la producción textil sostenible a la industria de la moda a gran escala, pero hasta el año pasado lanzaron Circular Systems para realidad esto.
"...El momento fue realmente correcto. Hicimos algunos avances en nuestras tecnologías recientemente y también hubo un gran avance en el mercado. Ahora existen abundantes datos para respaldar la necesidad de que la industria de la moda se aleje de la producción y el desperdicio de productos químicos y se vuelva más sostenible…”, dice Nichelson.
Por otro lado, Nichelson afirma que cambiar a materiales más sostenibles también trae beneficios económicos para las grandes firmas. En un informe de McKinsey and Company y Business of Fashion lanzan una encuesta anual de la industria y este año, el informe pronostica que la industria de la moda verá pérdidas de 3% a 4% en general a menos que las compañías puedan reconsiderar sus cadenas de suministro.
“...A medida que la población crece, es crucial que la tierra cultivable se utilice para alimentos, no para no cultivos textiles como el algodón. Si no hay una acción colectiva y muy rápida, va a ser catastrófico para la industria desde un punto de vista económico...", dice Nichelson.
El objetivo final debería ser producir de forma eficiente y sostenible. Las industrias deben adaptarse para una sostenibilidad real y ser regenerativas por naturaleza. Dejar de vender por vender. ________________________________
Vía: Fast Company
Imagen: Circular Systems