El monte Everest es la montaña más alta del planeta Tierra, con una altura de 8,848 metros sobre el nivel del mar. Localizada en la cordillera del Himalaya en la frontera entre China y Nepal, siempre se ha considerado un sitio apartado y remoto.
Antes de la década de los 80’s, era extremadamente raro que alguien se aventurara a escalar el Everest, de hecho no se contaban con excursiones de este tipo.
Jon Krakauer, periodista, escritor y montañista estadounidense, asegura que la era de la comercialización del Everest inició en 1985, cuando la cima fue alcanzada por una expedición liderada por David Breashears, que incluía a Richard Bass, un hombre de negocios de 55 años con apenas 4 años de experiencia de escalada.
En la década de los 90’s, diferentes compañías ofrecían viajes guiados a la montaña. Rob Hall, uno de los montañeros que fallecieran en el desastre de 1996, había llevado con éxito a 39 clientes a la cima, existe una película sobre este desastre llamada ‘Everest’.
Esta apertura de los Himalayas al turismo ha conseguido despertar el interés de un mayor número de personas, pero también ha traído problemas medioambientales derivados de la acumulación de desperdicios dejados por las expediciones, además de la tala de los bosques cercanos para obtener materiales y combustible.
La contaminación en el Everest ya está siendo insostenible y ha alarmado a la comunidad internacional ya que algunos aseguran que limpiarlo es casi tan difícil como alcanzar la cima.
30 personas se han puesto como misión limpiar la montaña y desde el pasado mes de abril están llevando a cabo esta labor.
Desde esa fecha al día de hoy, se han recogido un total de 8.5 toneladas de residuos de los cuales un 62% -5.2 toneladas- son de ‘desechos domésticos, un 27%, -2.3 toneladas- son excrementos humanos y un 11% -1 tonelada- de equipo de alpinismo; esto de acuerdo con el diario Global Times.
Los montañeros recalcaron el esfuerzo que supone limpiar el Everest, principalmente por la falta de oxígeno. "...La limpieza a 8 mil metros sobre el nivel del mar es casi tan complicado como alcanzar la cima...", explicó Ma Liyamu al diario chino.
Ma Liyamu, es un escalador chino que alcanzó la cima con un grupo de montañeros en el 2016 y ahora participa en la limpieza del santuario.
"...Cuanto más se sube, hay menos basura doméstica y más objetos de equipo de alpinismo como cilindros de oxígeno, tanques de gasolina y tiendas de campaña...", dijo.
La Asociación de Montañismo de Nepal ha denunciado en diferentes ocasiones sobre las grandes cantidades de excrementos humanos que se congelan y no se descomponen sobre las laderas del Everest.
Por un lado está el problema de la contaminación que puede generar y por otro, el riesgo sanitario que puede provocar la acumulación de este tipo de restos.
La temporada de escalada comienza a finales de marzo y termina a finales de mayo. Durante la última temporada de escalada, 202 alpinistas ascendieron por la parte tibetana y otros 446 lo hicieron por la nepalí: todos y cada uno de estas personas deja un rastro detrás.
Desde el año 2015, las autoridades de la región reparten a cada escalador dos bolsas de basura con capacidad para ocho kilos; en caso de que no las llenen tienen que pagar 100 dólares por cada kilogramo de basura menos.
La mayoría de la basura que se recoge en la montaña, afirma el mismo diario, se puede reciclar y puede ser convertida en souvenirs para los turistas.
Por otro lado, China también planea construir inodoros y sitios de desechos ambientales ecofriendly en el Monte Everest, dijo la agencia oficial de noticias Xinhua.
Las autoridades en Tíbet se han comprometido a completar 45 tareas de limpieza de contaminación antes de 2020, según una lista publicada esta semana por el Ministerio de Medio Ambiente.
Ya sea en un lugar remoto como el Everest, como en cualquier otro destino turístico, es nuestra responsabilidad de dejar el sitio mejor de lo que lo encontramos. ______________________
Vía: Reuters
Imagen: profimedia.cz