Alguna vez se han puesto a pensar acerca de la huella de carbono que tienen las bebidas alcohólicas; existen un sin fin de artículos circulando en internet acerca de la comida orgánica y sostenible, pero muy poco se tiene acerca del alcohol.
En la producción típica del mezcal, que tan de moda está hoy en día, la cantidad de desechos líquidos por cada botella que se produce es de aproximadamente 10 botellas adicionales.
Este subproducto se desecha en los ríos cercanos a la destilería contaminando cuerpos de agua potable y los ecosistemas acuáticos. Adicional, se usa el trabajo animal, modera de fuentes no sostenibles, así como otras prácticas que no incurren en una bebida verde.
Pero al igual que en la comida, existen una forma sostenible de crear una bebida alcohólica, tal y como Richard Betts, quien es fundador de ‘Sombra Mezcal’, lo ha venido haciendo.
Betts tiene su destilería en Oaxaca, México, en donde ha reinventado la práctica tradicional de la producción de mezcal: en lugar de deshacerse de los residuos de producción, los subproductos se convierten en ladrillos de adobe que se pueden utilizar para construir casas.
Pero éste sólo es parte de toda una cadena, ya que mejoró la cadena de producción al reutilizar los desechos y la forma de producirlo. Sombra ha rediseñado casi todos los pasos de la producción de mezcal para que el proceso sea el más respetuoso con el medio ambiente.
Betts está elevando el estándar de la producción de mezcal y es algo de admirar porque todavía no se le da el reconocimiento que se merecen este tipo de prácticas. Por ejemplo, las plantas de agave se cultivan orgánicamente para posteriormente ser tostadas en hornos de barro con leña que proviene de bosques certificados.
“...Si queremos honrar a nuestras comunidades, así como a la tierra, debemos allanar el camino para un crecimiento saludable y responsable mediante el fomento de prácticas que cuiden de Oaxaca, un lugar y un pueblo que muchos de nosotros hemos llegado a amar profundamente…”, menciona Betts.
Tradicionalmente, el agave es aplastado por un molino de mulas, pero dentro del esquema de Sombra esto no forma parte. Para evitar el trabajo animal, se construyó una fábrica de energía solar.
El suministro de agua se obtiene a través de un sistema de recolección de lluvia y el jugo de agave se fermenta usando levadura local, cuando la mayoría de las destilerías optan por una levadura comercial.
Los cambios que Betts ha hecho en el proceso de producción de mezcal son un gran avance tanto en la sostenibilidad como en la producción de bebidas de este tipo. De hecho, cada botella está hecha de vidrio reciclado en México y las etiquetas se aplican a mano.
El clima cálido y seco de Oaxaca proporciona el ambiente perfecto para la creación de ladrillos de adobe utilizando el subproducto de producción de mezcal.
Dado que Oaxaca se encuentra en el sur de México, la región se encuentra entre algunas de las placas tectónicas más activas del mundo y muchas familias pueden perder sus hogares debido a esto y carecen de los recursos para reconstruir -como sucedió con los sismos del año pasado- Betts decidió donar ladrillos Sombra de adobe a esta causa.
Otro subproducto en el cual están explorando es el residuo del agave, ya que puede ser una innovación energética como biocombustible.
Por último como componente social, adicional a la fabricación de ladrillos para casas, Sombra financia la educación local en idiomas y artes. Es miembro de la iniciativa “1% For The Planet”, en donde dona al menos el 1% de las ventas a organizaciones benéficas ambientales certificadas e iniciativas educativas locales en Oaxaca, México.
Es importante que el sector de bebidas alcohólicas fomente este tipo de prácticas, ya no es cuestión de si se van a ver bien o no como empresa social, ya es más una obligación moral hacia el planeta y la sociedad.
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Vía: CNN y Sombra Mezcal Imagen: Sombra Mezcal