Una vez más, un país en vías de desarrollo se convierte en el basurero de un país desarrollado. Estados Unidos sigue aprovechando el ‘dominio’ que tiene sobre México y piensa que es el lugar donde puede hacer sus desastres sin tener consecuencias, parece ser que esta vez no Sr. Trump.
Grupos ecologistas demandan a la administración del presidente Donald Trump por permitir que diferentes compañías petroleras viertan sus desechos de fracturación hidráulica (fracking) en el Golfo de México, poniendo en peligro las especies marinas y el medio ambiente.
El pasado martes 13 de febrero, el Centro para la Diversidad Biológica, la Red de Restauración del Golfo y Lousiana Bucket Brigade interpusieron una demanda ante la Corte Federal de Apelaciones del Quinto Circuito en nueva Orleans.
La demanda desafía el permiso de la polémica Agencia de Protección Ambiental (EPA) para plataformas de gas y petróleo que operan en aguas federales frente a Luisiana y Texas.
Dicho permiso de la agencia norteamericana, el cual finalizó en septiembre del 2017, permite a las compañías petroleras verter cantidades ilimitadas de líquidos de desecho, incluidos productos químicos utilizados en la fracturación hidráulica, en el Golfo de México.
“...La administración de Trump está dejando que las compañías petroleras arrojen productos tóxicos de fracturación hidráulica al Golfo sin tener en cuenta los riesgos, ni la ley...”, dijo en un comunicado, Kristen Monsell, abogada del Centro para la Diversidad Biológica.
“...Eso es simplemente inaceptable. Se supone que la EPA debe proteger la calidad del agua, no dar rienda suelta a las compañías petroleras para utilizar nuestros océanos como trituradores de basura...”, agregó.
Compartimos el sentir de la abogada Monsell, pero desde que Trump tomó posesión de la Casa Blanca, la EPA ha tomado un rumbo distinto y parece que la protección del medio ambiente, la cual es su misión, está quedando en último lugar dando una mayor prioridad y protección a los proyectos de energía fósil.
De acuerdo con registros federales, tan sólo en el 2014, las compañías petroleras descargaron más de 283 mil millones de litros de aguas residuales en el Golfo de México.
Estos registros muestran que el fracking ha ido en aumento en el Golfo de México y que la apática EPA no ha realizado ninguna revisión significativa de los impactos ambientales del vertido de residuos de la fracturación hidráulica.
La demanda argumenta que el permiso de la EPA no cumplió con las leyes ambientales federales, incluida la Ley de Agua Limpia y la Ley de Política Ambiental Nacional.
El objetivo de la demanda es obligar a la EPA a prohibir el vertido de productos químicos resultantes del fracking, así como otros fluidos de desechos peligrosos en el Golfo de México hasta que la agencia estudie y divulgue adecuadamente los riesgos.
Pero más importante aún, debemos asegurarnos que ni personas externas ni internas utilizan nuestro país como un basurero y que cada acción tiene una consecuencia.
Vía: Notimex
Imagen: Agencias