Barato, abundante y con un perfil de aminoácidos similar al de la soya y huevo, el pasto podría ser el siguiente ingrediente de proteína sostenible para los fabricantes de alimentos.
Poco a poco las plantas están recibiendo el lugar que merecen, muchos de los vegetales están teniendo crecimientos en ventas exponenciales, chícharo, arveja, papa, y muchos otros alimentos de origen vegetal se están colocando en los mercados, estantes y cocinas de la sociedad.
Pero no sólo las plantas, también el pasto. Recientemente, un grupo de investigadores daneses llegó a la conclusión de que el pasto es una gran fuente de proteínas.
En la búsqueda de desarrollar alimentos sostenibles, que puedan alimentar a la creciente población mundial, los investigadores del Instituto Nacional de Alimentos, y la Universidad Técnica de Dinamarca (DTU)), junto con AU Foulum, han desarrollado un método para extraer proteínas del pasto, para usarse como fuente de comida.
La explicación burda o el ejemplo más simple es: ¿de dónde sacan los animales de pastoreo como bisontes, vacas, caballos, ciervos, entre otros, la proteína necesaria para desarrollar músculos?... del pasto.
Cultivado en toda Dinamarca como alimento para animales, junto con otros cultivos fijadores de nitrógeno como alfalfa, el pasto es barato y fácil de producir y, según los investigadores, la proteína de pasto tiene un perfil de aminoácidos similar a otras alternativas como la soja, los huevos y suero de leche.
“...La ventaja principal que tiene el pasto sobre estos y otras proteínas ampliamente utilizadas es que el impacto ambiental es considerablemente menor…” dicen los científicos dirigidos por el profesor Peter Ruhdal Jensen del Instituto Nacional de Alimentos.
Para lograr extraer la proteína del pasto se utiliza una máquina de prensa de tornillo, similar a las que hacen jugo ‘cold pressed’, proceso donde la máquina tritura la fruta y verdura sin producir calor, evitando la oxidación y conservando todos sus beneficios.
Esta máquina actúa como exprimidor gigante y separa la materia prima en una fracción fibrosa seca y una fracción líquida que contiene proteínas. Un tratamiento posterior de la parte líquida separa la proteína para luego secarse en forma de polvo.
“...El polvo de la proteína extraída puede alcanzar un precio de kilo, que es aproximadamente 10 veces mayor que si la materia prima se vendiera como alimento. Además, la fracción seca todavía se puede vender como alimento para vacas, lo que aumenta la rentabilidad general y la sostenibilidad del concepto…”, de acuerdo con Ruhdal.
Hasta ahora, el Instituto Nacional de Alimentos ha logrado producir productos como barras de proteína que contienen hasta 10% de proteína de pasto sin que el consumidor no encuentre el sabor desagradable.
Para que el producto sea ‘comestible’, los investigadores han eliminado o disfrazado el sabor del pasto agregando ingredientes aromáticos como mantequilla de maní miel, jengibre y regaliz, los cuales ayudan a disimular el sabor a pasto.
“...El siguiente paso es eliminar aún más el sabor y el color de la proteína en polvo y probar las propiedades de la proteína en una amplia gama de productos alimenticios...”, dijo Ruhdal.
El trabajo forma parte del proyecto de innovación BioValue, donde DTU, la Universidad de Copenhague, la Universidad de Aarhus y la Universidad de Aalborg trabajan con diferentes empresas para encontrar formas innovadoras de utilizar la biomasa verde
Es un gran paso, principalmente por ser un alimento sostenible, pero más por ser un alimento fuera de lo convencional y al alcance de todos. La industria ganadera
es una de las más destructivas para el medio ambiente y necesitamos comenzar a alejarnos de las proteínas animales y voltear hacia las alternativas basadas en plantas.
Así que si la siguiente vez alguien te cuestiona sobre tus elecciones en dieta y te molesta diciendo que siendo vegetariano sólo comes pasto, puede estar en lo correcto :)
Vía: food.dtu.dk
Imagen: food.dtu.dk