Y así es como finalmente inicia lo que muchos hemos estado pidiendo. Por fin una organización habla y propone acciones reales contra el elefante del cuarto, contra el problema que todos sabemos que está en nuestras narices, pero decidimos hacer caso omiso.
El día de hoy, será una fecha importante, un parteaguas en el combate contra la contaminación y los desechos plásticos. Finalmente, diferentes líderes deciden tomar el asunto de frente y dejar los rodeos, finalmente se toma en serio la polución plástica, finalmente hay un rayo de esperanza y se está haciendo lo que debió hacerse hace mucho tiempo.
La Comisión Europea (CE) anunció que en las próximas semanas propondrá la creación de un impuesto europeo sobre el plástico para reducir el uso de envases de este material, así como obtener nuevos ingresos para el presupuesto comunitario y que se estaría usando para proyectos sustentables.
“…Vamos a proponer en las próximas semanas la posibilidad de introducir un impuesto sobre los plásticos para incentivar una reducción en los paquetes de plástico. Esto se realizará vía la introducción de una tasa europea…”, así lo dijo Günther Oettinger, Comisario europeo de Programación Financiera y Presupuestos.
Con esta nueva medida, no sólo se espera la reducción del uso de plástico, sino la obtención de recursos en el próximo marco presupuestario plurianual a partir del año 2020. Esto ayudará a mitigar y dar un soporte al hueco que dejará la salida del Reino Unido que supone un ingreso de entre €12 mil y €15 mil millones de euros a las arcas europeas.
Oettinger explicó que la Comisión deberá estudiar cuál sería el mejor enfoque para este impuesto, si se cobra a la industria al inicio del ciclo de producción, al final de la cadena de consumo, es decir al consumidor o si sería un impuesto compartido. Debería ser compartido ya que ambos asumen la responsabilidad de producir / adquirir un empaque de plástico.
De acuerdo con Oettinger, podrían otorgarse algunas exenciones, por ejemplo cuando el uso de plástico sea de interés general o donde son necesarios por motivos de higiene y salud; aunque seguramente hay alternativas a este tipo de empaques.
Diferentes países, entre ellos Estados Unidos y los que conforman la Unión Europea, han gozado de enviar sus desperdicios a países en desarrollo, pero esto está cambiando, principalmente porque China ha cerrado sus puertas a los desechos plásticos de otras partes del mundo a partir del 1 de enero; por lo que Europa deberá encontrar alternativas ya que los países en desarrollo no deben de servir como basureros de los ricos.
Oettinger puso estas ideas sobre la mesa después de que el Ejecutivo comunitario mantuviera el día de hoy un primer debate de orientación sobre el futuro del marco financiero plurianual, el cual fijará los límites de gasto y el nivel de fondos necesario a partir de 2020, de cara a presentar su propuesta formal de negociación con proposiciones concretas en mayo.
Esperemos que la Unión Europea sea la primera en adoptar esta medida, de ahí en adelante será un efecto dominó.
Vía: EFE
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