Los arrecifes artificiales son una práctica común para conservar la biodiversidad marina. Estas estructuras creadas por el ser humano deben cumplir con el acondicionamiento ideal para proporcionar un hábitat adecuado para diversas especies de la flora y fauna marina.
Las estructuras pueden ser de diversos materiales, concreto, metal, cilíndricas, cuadradas o incluso grandes barcos que han alcanzado su vida útil; como es el caso de la embarcación ‘Comodoro Manuel Azueta’, el cual fue hundido en el Parque Nacional Sistema Arrecifal Veracruzano.
Tras un disparo al aire la nave tardó dos minutos en desaparecer de la superficie. El buque Manuel Azueta estuvo funcionando 42 años y el día de ayer floto por última vez en aguas veracruzanas para convertirse en un gran arrecife de coral.
La embarcación está acondicionada para atraer especies marinas y proteger el Sistema Arrecifal Veracruzano de la degradación de las estructuras, la reducción de la biodiversidad, la sobreexplotación pesquera, la contaminación del agua y la modificación del paisaje natural.
Este buque ahora será el hábitat y refugio de peces, crustáceos, moluscos, caracoles y esponjas, entre otros organismos, es una opción viable para conservar y/o recuperar ecosistemas marinos naturales de este tipo, por que reducen la presión sobre los arrecifes naturales expuestos a la sobreexplotación por buceo turístico o para obtener sus recursos, que se vuelven prácticas destructivas.
Desde el buque libertad, el presidente Enrique Peña presenció la maniobra realizada por la Secretaría de Marina. De acuerdo con la Presidencia, con 20 bancos de corales, este sistema es el segundo más importante en el país después del caribe mexicano.
Esperemos en un años visitar este arrecife y maravillarnos con lo que la naturaleza ha hecho con el buque.
Vía. Semarnat
Imagen: Semarnat