El cambio climático afecta nuestra vida en muchos sentidos, pero hay quienes no tienen voz para denunciar las fatalidades que están sucediendo; tal es el caso de los pingüinos, ya que han visto diezmada su población de crías por la falta de alimento.
Terre Adélie, en la península de Antártida, es el hogar de más de 40 mil parejas de pingüino Adelaida y este año sufrieron una catástrofe ya que casi todas sus crías bebés murieron de hambre; principalmente porque los adultos tenían que recorrer grandes distancias para conseguir alimento.
El Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF) afirmó que las cantidades excesivas de hielo marino alrededor de la colonia en la Antártida Oriental forzaron los pingüinos adultos a viajar más allá de lo normal para buscar alimento.
“…Este evento devastador contrasta con la imagen que nos dio Disney; más bien es como si Tarantino hubiera producido Happy Feet con crías de pingüinos esparcidos por la playa en Adélie Land…”, comentó Rod Downie, Jefe de Programas Polares en WWF.
Los pingüinos son conocidos como una de las criaturas más resistentes de la Tierra pero no son inmunes a los efectos del calentamiento global. Activistas esperan que estos acontecimientos fuercen a la sociedad a notar los problemas de las regiones más aisladas.
Este no es un evento solitario, de hecho es la segunda vez que sucede. Hace cuatro años, la misma colonia tuvo un suceso similar donde más de 20 mil parejas de pingüinos no pudieron salvar a ninguna de sus crías. En ese tiempo las cantidades inusuales de hielo marino combinado con el clima cálido y la lluvia hicieron que las crías se mojaran y una rápida caída en la temperatura hizo que se congelaran hasta su muerte.
"…El riesgo de abrir esta área a las pesquerías de kril exploratorias, que competirían con los pingüinos Adelia por su recuperación de dos catastróficas fallas de cría en cuatro años, es impensable. Por lo tanto, se debe actuar para crear una nueva Área Marina Protegida para las aguas de la Antártida oriental y proteger el hogar de los pingüinos…”, dijo Downie.
Yan Ropert-Couderet, quien lidera el programa de pingüinos en la estación de investigación afirmó que si se crea un área marina protegida podría evitar más impactos que las presiones directas antropogénicas, como las que pudieran traer el turismo y la industria pesquera.
Vía: CNRS
Imagen: ROPERT-COUDER/ CNRS/ IPEV