Estamos familiarizados con el impacto medio ambiental en el que incurre la ganadería; desde el consumo de agua y alimentos hasta las emisiones de metano; esto ya era conocido, lo alarmante es que los datos están obsoletos.
Las emisiones de metano que causan un efecto invernadero -3 veces más poderoso que el CO2 de acuerdo con la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO)- son más elevadas de que se pensaba anteriormente; esto representa un reto adicional en la lucha para frenar el calentamiento global, ya que el consumo de carne continúa aumentando.
Se realizó una revisión de las cifras que determinó el ‘Panel Intergubernamental para el Cambio Climático’ (IPCC) de las Naciones Unidas y se encontró que las emisiones de metano que produce una cabeza de ganado son 11% más altas que los cálculos realizados previamente por este panel.
Un gran inconveniente es que la ganadería como la conocemos está cambiando. “…En muchas regiones del mundo el ganado está evolucionado y la cría de animales a gran escala ha dado como resultado animales más grandes que necesitan un mayor ingesta de alimentos…”, dijo Julie Wolf, investigadora del Departamento de agricultura de Estados Unidos.
Animales más grandes no es algo que debemos pasar de largo; quiere decir que necesitarán más agua, más comida, más espacio y sus desechos serán más grandes por lo que las emisiones de metano incrementarán igualmente; “…esto, junto con los cambios en la gestión del ganado, puede conducir a mayores emisiones de metano...", dijo. Wolf.
La forma en la que se emite el gas metano proviene de forma natural y procedente de la actividad humana. Las fuentes naturales pueden ser turberas, humedales y termitas. Las que son por la actividad humana -que son dos tercios del total- se dividen a su vez en dos: energía fósil, ya que la producción y el transporte de carbón, gas y petróleo incide en fugas de gases inodoro e incoloro; la segunda sección son las flatulencias de los rumiantes como el ganado bovino y ovino.
Si piensas que el metano no es tan preocupante y que una flatulencia no cambia el curso del planeta, piénsalo dos veces. En el 2015, el metano representó casi un 16% de las emisiones mundiales de gases de efecto invernadero, según el IPCC.
Uno de los problemas es que cada año nuestras dietas incorporan un mayor consumo de carne y lácteos, pero desconocemos el costo climático oculto de estos alimentos. “…Disminuir el metano producido por la ganadería no es un tema tan atractivo como las turbinas de viento o los paneles solares, pero es vital para abordar el cambio climático…”, dijo Dave Reay, profesor de la Universidad de Edimburgo.
De acuerdo con la FAO, el metano es mucho más potente que el CO2 como un gas de efecto invernadero ya que captura más radiación solar, aunque persiste menos tiempo en la atmósfera. Científicos calculan que durante un período de 100 años el potencial de calentamiento global del metano es 28 veces superior que el dióxido de carbono.
Los gases de metano de la ganadería han aumentado ligeramente del año 2000 al 2006, pero la concentración de metano en el aire ha incrementado 10 veces más rápido en la última década.
“…Las emisiones de metano procedentes de la ganadería han aumento rápidamente en regiones en desarrollo como Asia, América Latina y África; aunque se ha visto una desaceleración en Estados Unidos y Canadá; Europa igualmente ha disminuido la emisión de dicho gas…”, de acuerdo con el estudio.
¿Cómo podemos cumplir el Acuerdo de París si no podemos reducir las emisiones de metano?, de hecho, en diciembre pasado un grupo de científicos hizo un llamado para limitar y disminuir dichas emisiones, ya que ponen en peligro el objetivo de París. “…Este objetivo se alejará más si las reducciones de las emisiones de metano no se abordan con firmeza y rapidez…", escribió en una carta abierta el grupo de 81 científicos.
Los invitamos a disminuir su consumo de carne y lácteos, hay diversas formas de obtener la proteína que necesitan, dejemos de depender de los animales como una fuente de nutrientes. También pueden revisar el documental Cowspiracy para tener más información.
Vía: The Guardian
Imagen: Cowspiracy