Los jugos juegan un papel importante en nuestra rutina diaria, pero detrás de ese líquido colado, industrializado y empacado existen dos graves impactos: el ambiental y el nutricional ya que la forma en que las frutas y verduras se consumen y entran a nuestro cuerpo importa y mucho.
Se estima que un jugo de 500 ml genera en promedio casi 2 kilos de residuos de alimentos que perfectamente se podrían comer, al igual que un consumo ridículo de calorías y la falta de fibra y vitaminas.
¿Qué sucede con todo el residuo que deja atrás un jugo? La pulpa restante no se convierte en composta tan fácilmente, tan sólo el transporte a un centro es complicado por el tamaño, peso y líquido que suelta la pulpa. Incluso para convertirse en composta no es tan atractivo para quienes están en ese negocio.
“…La composta que se transforma en anaeróbica huele mal y genera ácidos que realmente pueden retardar la descomposición de los residuos de alimentos. Para remediar esto se debe agregar más oxígeno y materiales como astillas de madera, aserrín y otros componentes que posiblemente se tenga problemas para conseguirlos…”, explica Will Brinton, quien tiene una empresa para pruebas de suelo en Estados Unidos.
Si bien existen alternativas para las grandes empresas donde sortean el problema del desperdicio mediante el secado de pieles de naranja que sirve de alimento para ganado, no se ha logrado un zero-waste 100%, más bien son alternativas, más no la solución.
"…Cuando haces jugo, dejas algunas de las partes más saludables de la fruta. La piel de tu manzana, las semillas de tus frambuesas y las membranas que sostienen los segmentos de naranja juntos - todas buenas para ti. Ahí es donde se esconden la mayor parte de la fibra, así como muchos de los antioxidantes, fitonutrientes, vitaminas y minerales...", de acuerdo con un artículo publicado por tres doctores en el diario Washington Post. Básicamente un jugo es casi azúcar al momento de colarse.
“…El hecho de que dos naranjas, un plátano y zarzamoras o fresas puedan entrar en un solo vaso no quiere decir que sea algo bueno. De hecho, pocas personas podrían comer tanta fruta para el desayuno si se come de forma completa; lo que sucede es que muchos de esos nutrientes se pierden porque el cuerpo no puede absorber todo de golpe; al final terminará tirando muchas vitaminas al drenaje porque el cuerpo no pudo asimilarlas…”, dice Susan Barr, profesora de Nutrición en la Universidad de British Columbia.
Sobre el impacto ambiental el tema es que los jugos vienen en empaques, ya sean de plástico (los más comunes), en cartón, metal, o en unicel (si ese jugo que compras en la esquina). La mayoría son empaques de plástico / unicel de un sólo uso, como los que venden en Starbucks o tiendas similares.
El empaque es importante porque tan sólo en el 2015 en Estados Unidos se vendieron cerca 100 millones de jugos de 500 ml, lo que se traduce en una tonelada de vasos de plástico y popotes cuya duración es menos de 3 minutos.
Si dejamos de lado estos dos temas, también piensa que un jugo hecho en casa sin colar o comerte la fruta directamente te traerá beneficios económicos, no tendrás que gastar en un jugo cantidades exorbitantes.
Con esto no queremos satanizar o eliminar los jugos de la dieta de las personas pero si ya vas a comenzar tu día con uno, mejor hazlo en casa, usa sólo la cantidad de frutas que te comerías en un desayuno normal y no lo cueles, tómatelo con toda la pulpa y si tienes tiempo siéntate y disfruta cada mordida de esa pera deliciosa.
Vía: TreeHugger
Imagen: Getty Images / Don Wenjie