Cuando pensamos en selvas inmediatamente nuestra imaginación nos transporta a lugares en el Amazonas o el Congo, pero en el norte del continente americano se encuentran una selva templada ubicada en Columbia Británica (BC), una provincia de Canadá.
Esta provincia alberga algunos de los árboles más grandes del mundo, después de los magníficos secoyas de California. Los más antiguos se encuentra en el suroeste de dicha región, donde la lluvia es abundante y los inviernos suaves permiten un crecimiento incesante y los árboles pueden exceder los 1000 años de edad; se estima que si el hombre no ‘metiera mano’ estos árboles podrían vivir hasta 2000 años.
El equipo de Planeta-2, ha sido testigo de la belleza de este paraje natural y verdaderamente es un espectáculo visual, pero está desapareciendo debido a más de un siglo de incesante explotación maderera, la cual está haciendo que los bosques con árboles más antiguos y de mayor tamaño se estén extinguiendo. En la isla de Vancouver sólo queda un puñado de estos ejemplares.
Uno de los problemas que se ha venido acarreando durante décadas y que la actual administración del Ministro Trudeau no ha querido resolver, es la poca o flexible regulación que existen en temas de actividades de explotación forestal.
Por lo tanto, y como sucede en muchos países por la falta de acciones del gobierno, la responsabilidad de proteger estos majestuosos antiguos bosques de las garras de la industria maderera ha caído en menos de grupos ambientalistas y de las comunidades indígenas locales.
Estos grupos se han manifestado durante años, pero fue hasta 1980 que sus protestas y campañas de conservación comenzaron a surtir efecto y dieron como resultado la protección de algunas áreas como ‘Clayoquot Sound’ en la costa oeste de Vancouver y la selva ‘Great Bear’ en la costa central y norte.
Pero la codicia de la industria maderera no tiene fin y está realizando hasta lo imposible por encontrar y reducir las últimas extensiones de los bosques antiguos. La preocupación por estos bosques se está extendiendo entre los ciudadanos que ven un mayor valor y significado en los grandes árboles que como un producto industrial.
Si bien la industria maderera ha sido un pilar de la economía local durante más de un siglo empleando a miles de personas, tiene un alto precio ya que más del 90% de los bosques antiguos de menor elevación han desaparecido del suroeste de Columbia Británica.
Uno de los grupos que ha estado al frente de la batalla es la ‘Antigua Alianza Forestal’ (AFA, por sus siglas en inglés), la cual es un grupo conservacionista que defiende el fin de la deforestación del viejo bosque y busca crear una industria maderera sostenible con un bosque nuevo o de segundo orden.
En 2012, la AFA descubrió un pino Douglas de 69 metros de altura, el segundo más grande de Canadá, en donde anteriormente existía un bosque antiguo en la base de la montaña de Edimburgo. Este pino fue apodado "Big Lonely Doug" y se ha convertido en un símbolo emblemático de la difícil situación que enfrenta uno de los últimos árboles gigantes de Canadá.
Lo que se necesita en estos tiempos es un cambio de paradigma, sino podemos dejar a la naturaleza en paz, beneficiarnos mutuamente. “…Debemos dejar en pie a los majestuosos árboles, es más redituable y tiene una mayor valor económico como atractivo para turistas –negocio cíclico- que talarlos y hacer cosas con ellos, es sentido común…”, dijo Dan Hagar, presidente de la Cámara de Comercio de Port Renfrew.
La visión de Hagar está divida en Columbia Británica, ya que por un lado están las comunidades que se benefician de los ingresos de explotación forestal y no apoyan mayores restricciones a sus ‘derechos’ de explotación comercial (la ignorancia hace que las personas crean que no hay otra solución); por otro lado están los grupos que piden más limitaciones, en particular si se crean mayores oportunidades económicas sostenibles.
Adicional al problema de la pérdida de bosques antiguos, cientos de miles de animales pierden su hábitat. La zona boscosa de ‘Eden Grove’ una de las últimas que quedan en la parte baja del valle de la isla de Vancouver, también es el hogar de osos, pumas, lobos, ciervos, alces y diferentes aves.
Vía: Al Jazeera
Imagen: John Zada / Al Jazeera