Diana Laura Cavazos y sus alumnos de primaria crearon un salón con botellas de plástico recicladas rellenas de arena sílica. En el proyecto se juntaron más de 8 mil botellas de plástico que terminarían en tiraderos.
¿Ser sustentables? A menudo escuchamos que las personas se quejan sobre el estado de cómo están las cosas, pero nadie quiere hacer un esfuerzo por cambiarlas, siempre se busca a un tercero que solucione los problemas, pero la respuesta está en cada uno de nosotros.
Esta iniciativa de ser más sustentables la tomaron niños de primaria y con el apoyo de su maestra lograr crear el primer salón sustentable de México. Esta salón, adicional a estar construido con botellas de plástico recicladas, se alimenta de energía solar y tuvo un costo final de $70 mil pesos; los salones de concreto cuestan el 4 veces esto.
Diana es maestra de primaria en el municipio de Matamoros, Tamaulipas, y Ricardo, quien es uno de sus alumnos tuvo la iniciativa de emprender el proyecto. Ricardo sólo tiene 6 años pero nos demostró que para cumplir un sueño sólo se necesita la iniciativa, sin importar la edad o los medios. Ricardo, al igual que muchos de nosotros tiene la inquietud de la cantidad de basura que se genera y las consecuencias de esto, por esta razón propuso la idea del salón PET.
Las estadísticas del PET son muy conocidas por público, es un plástico que se degrada entre los 100 y 1,000 años y sólo el 10% de las botellas de plástico con recicladas, esto quiere decir que 9 de cada 10 botellas de plástico terminarán en vertederos y/o mar; es por razón que se enfocaron en este tipo de problemática.
La idea tomó forma y la escuela participó en la convocatoria ‘Diseña el Cambio’, la cual tiene como objetivo que el maestro transforme y cambie de forma positiva su comunidad; lo importante es que la idea debe surgir de los alumnos y ser apoyada por padres de familia; adiciona en todo el proceso la sociedad cercana a la escuela debe involucrarse, por lo que es una gran hazaña el sólo competir.
“...En un principio pensé en participar con un mural que reflejara los valores de la escuela pero Ricarda tenía un proyecto más ambicioso y con impacto social más significativo…”, afirmó Diana. Pero el proyecto de Ricardo tenía diversos obstáculos, desde el suelo de la ciudad, la altura y la obtención de la materia prima.
Para evitar cualquier tipo de accidente con los niños, la profesora busco y encontró asesoría del arquitecto Rigoberto Leal, quien se decidió por ayudarle con el diseño y quien le afirmó la dificultad del proyecto, ya que se necesitarían 8 mil botellas de plástico de 2 y 3 litros.
Fue así como en septiembre de 2015 el proyecto inició. Afuera de la casa de Diana y de los alumnos, los vecinos y conocidos comenzaron a llevar sus envases de todos tamaños. Igualmente los alumnos asistían a posadas y restaurantes para recaudar el PET; durante esta primer etapa se lograron recolectar cerca de mil botellas.
Para acelerar el proceso Diana, pidió ayuda a las grandes refresqueras como Coca-Cola y Pepsi, las cuales le negaron el apoyo o ni siquiera le abrieron las puertas, pero fue la empresa Big Cola la que le brindó el apoyo y se comprometió a otorgarle la merma de sus plantas en Puebla y Monterrey.
Eso sí, cuanto el proyecto ya estaba tomando forma, Coca-Cola quiso intervenir y le propusieron a Diana y a sus alumnos tirar toda el aula y asumir los costos de reconstrucción así como brindarle todo el material que se necesitaba. Tanto al profesora como los alumnos se opusieron a esta propuesta y le dejaron claro a la refresquera que los “sueños no se venden”.
Todo el salón, conformado por 36 niños ayudaron a rellenar los envases con arena para que fueran más resistentes y la decoración del aula también corrió por cuenta de los éstos quienes elaboraron bancas con madera reciclada y ropa usada que ellos mismos pintaron.
Para alcanzar la meta de las 8 mil botellas, Diana organizó un ‘reciclatón’ donde una banda de música de Matamoros amenizó el evento sin costo alguno para los visitantes. En el evento se lograron recolectar más de 3 mil botellas. Igualmente Cavazos se acercó a los medios locales de comunicación para difundir el proyecto; fue así como la cadena de tiendas Oxxo donó los paneles solares, las baterías e instalación, para que el salón fuera completamente sustentable.
Este proyecto no sólo movió a un salón de clases de 36 niños y una profesora, sino que involucró la participación ciudadana, empresarial y hasta gubernamental donde los partidos políticos ayudaron con mano de obra o insumos, pero nunca se recibió dinero, sólo donaciones que pudieran aportar al proyecto. Incluso, para terminar el aula, se contó con la participación del ejército mexicano que ayudó en la construcción final.
La maestra y sus alumnos recibieron una mención especial en el concurso ‘Diseña el Cambio’ y confían en que su iniciativa sea replicada a nivel nacional. Actualmente Diana ha recibido diferentes invitaciones para participar en proyectos ecológicos como canchas de deportivas y emplear el aula en una biblioteca de libros reciclados.
Gracias por mostrarnos que los sueños se vuelven realidad y que existe una gran esperanza para nuestro país en el tema medioambiental. Si quieren ver el video ingresen a este link.
Vía: Hoy Tamaulipas, Uniradionoticas
Imagen: Uniradiontocias