top of page

‘Para Kore’, la comunidad Māori adoptó la filosofía 'zero waste'


Todos y cada uno de nosotros generamos desperdicios y no hemos adoptado un sistema que nos permita reciclar lo que consumimos sólo estamos agotando nuestros recursos y creando un mayor problema con los residuos que vamos dejando atrás. Es necesario crear un sistema donde no existan desperdicios, donde todo lo que consumimos tenga una segunda vida, tenemos que llegar al punto de ‘zero waste’ tal y como lo están haciendo ciudades desarrolladas como San Francisco hasta comunidades rurales en Nueva Zelanda… pero ¿qué significa zero waste? y más importante ¿por qué no lo estamos haciendo?

LA HISTORIA. A mediados de la década de los 90’s surgió un movimiento ecológico y sustentable llamado ‘zero waste’ al que no se le dio la cobertura necesaria. La primer ciudad ciudad que adoptó este movimiento fue Canberra en Australia que para el año de 1995 planteó no tener desechos para el 2010. Esta primera acción fue la precursora de muchas otras ciudades que se han sumado a este reto, incluso pasando leyes a favor de esta iniciativa. Lo importante es que comprendamos lo absurdo que es dejar un rastro de basura para las futuras generaciones.

ZERO WASTE. Es casi imposible no generar residuos en nuestra vida cotidiana, lo importante es qué hacemos con estos una vez que son desechados. Zero Waste (basura cero) es un concepto de vida sustentable basado en la reutilización de los residuos y busca reducir la producción de estos, reciclar y darle un nuevo valor a la mayor cantidad posible de materiales, así como promover la fabricación de productos con una larga útil. La premisa básica es la separación en origen; es decir, que cada ciudadano separe los residuos entre reciclables y no reciclables para que puedan desecharse de manera diferenciada.

Zero Waste hace del reciclaje el punto de partida para una sociedad centrada en el consumo excesivo, el desperdicio y a la irresponsabilidad corporativa. Igualmente tiene el potencial de motivar a las personas para cambiar sus estilos de vida y buscar productos que sean amigables con el medio ambiente y demandar a las empresas y gobiernos que adopten este modelo.

QUIÉN LO ESTÁ REALIZANDO. Siguiendo el ejemplo impuesto por Canberra, muchas otras ciudades se han sumando a este movimiento, San Francisco, Oslo y recientemente los primos de Canberra, la comunidad Māori en Nueva Zelanda han adoptado este sistema desde el 2009 ya que ellos tienen una profunda relación con la Madre Tierra o ‘papatuanuku’ como ellos la llaman.

Los Māoris están trabajando para implementar prácticas de 'zero waste' en sus comunidades. Estas acciones han sido impulsadas en gran medida por un grupo llamado ‘Para Kore’ el cual fue fundado en 2009 con la misión de lograr que sus comunidades se conviertan en sociedades Zero Waste para el año 2020.

Para Kore, que literalmente significa ‘zero waste’, se embarco en una misión para educar y capacitar a las comunidades maories sobre la reducción y desvío de sus desechos. “...Las comunidades Māoris se han aliado para combatir el desperdicio, están en un viaje que los ha llevado a la iluminación y el conocimiento para proteger al medio ambiente, sus hogares y comunidades…”, explica Jacqui Forbes, quien es Project Manager de Para Kore.

Al día de hoy se tienen 35 comunidades Māoris que han adoptado las prácticas de Para Kore, las cuales incluyen entre otras: reciclaje, composta bokashi ("Bokashi” es una palabra japonesa, que significa materia orgánica fermentada.

En buenas condiciones de humedad y temperatura, los microorganismos comienzan a descomponer la fracción más simple del material orgánico, como son los azúcares, almidones y proteínas, liberando sus nutrientes.

El Bocashi es un abono orgánico posible de obtener en tan sólo 7 días.), jardinería y compra de alimentos a granel para reducir el exceso de empaques.

150 toneladas de basura han sido desviadas de rellenos sanitarios para ser reciclarse y se espera que todos los Māoris adopten esta filosofía para el 2020. Algunas de las comunidades más exitosas han alcanzado un 75% de de avance en cuanto a sus desperdicios.

Mientras más comunidades acepten este programa más rápido se convertirá en parte del ADN de las personas de estas localidades. Este ejemplo de los Maoríes está marcando una pauta en Nueva Zelanda, ya que la ciudad de Auckland, la más poblada del país está buscando ser una ciudad zero waste para el 2040.

EN MÉXICO. Actualmente en nuestro país no existe una ley o sistema para aplicar el sistema ‘zero waste’ sin embargo existen asociaciones como la Organización de Educación Ambiental A.C. y Metropolitana Compañía de Seguros, quienes han implementado un programa piloto de ‘basura cero’ transformando los depósitos de basura en un centro de residuos limpios y separados con una recuperación cercana al 90%.

De acuerdo con Pierre Terrás, quien coordina la caála de Tóxicos en Greepeace México, la propuesta de ‘basura cero’ debe tomar en cuenta tres ejes fundamentales: a) fijar metas de reducción en la generación de residuos en el corto, mediano y largo plazo, b) comprometer e involucrar a productores, comerciantes y comercializadoras para que rediseñen sus productos y cambien sus empaques, y c) fortalecer los programas de reciclaje y separación de residuos.

Al momento estamos lejos de alcanzar los estándares de las comunidades Māori o de ciudades más avanzadas como Canberra o San Francisco, pero tenemos que comenzar por algo al igual que ellos lo hiciera. Marquemos la diferencia, evolucionemos hacia el zero waste.

 

Vía: Treehugger, Para Kore y Zero Waste

Imagen: Para Kore

bottom of page