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Brasil perdió 4,800 km2 de selva tan sólo en el 2016


Estamos comenzando el último mes del año y con esto vamos cerrando filas y cifras de diferentes acontecimientos que han sucedido a lo largo del año; unos bueno otros malos, como es el caso de la selva Amazonas, la cual ha perdido cerca de 4,800 kilómetros cuadrados de selva sólo en el 2016.

A pesar de los esfuerzos realizados por el gobierno brasileño, las tasas de deforestación en la selva amazónica se han disparado, tanto que este año ha perdido un terreno similar al Estado de Tlaxcala, esto de acuerdo con un sondeo que se realiza de forma anual por el gobierno del país.

La tasa de deforestación aumentó un 29% desde agosto de 2015 a julio de 2016, lo que representan estos 4,800 kilómetros cuadrados de selva, esto de acuerdo con información del Instituto Nacional de Investigaciones Espaciales de Brasil (INPE).

La selva amazónica ha sido blanco constante de la tala ilegal, así como la expansión de la superficie para ganadería y agricultura. “...Un área del tamaño del estado de California ha sido deforestada en los últimos 40 años, esto es casi, 423 kilómetros cuadrados…”, según el INPE.

El gobierno brasileño se encuentra en una lucha que parece no tener fin ya que está realizando esfuerzos para proteger la selva, la cual alberga cerca del 10% de la biodiversidad conocida del planeta. Si bien estos esfuerzos han tenido resultados porque la tasa de deforestación se redujo en un 71% desde su punto máximo en el 2004, la reciente alza indica que la lucha está lejos de terminarse. Brasil tiene como objetivo frenar las emisiones de gases de efecto invernadero y una acción que ayudaría a lograrlo es erradicar por completo la tala ilícita, la cual se tiene como meta el año 2030.

La selva del Amazonas absorbe cerca de 2 mil millones de toneladas de dióxido de carbono cada año y tiene un papel muy importante en la lucha contra el cambio climático, cada árbol salvado es un paso hacia un mejor mundo. Al perder vastas franjas como la anteriormente mencionada, no sólo obstaculizamos el progreso sino que el dióxido de carbono acumulado en dichos árboles es liberado a la atmósfera estimulando el calentamiento global.

Diferentes grupos de investigadores han advertido que las tasas de deforestación de la selva, no sólo amenazan con calentar más el planeta, también ponen en peligro a más de la mitad de todas las especies de árboles en la Amazonía, así como grupos indígenas que viven y dependen del bosque para sobrevivir.

De acuerdo con un reporte de la agencia de noticias Reuters, el Ministerio del Medio Ambiente no tiene fondos suficientes para patrullar la selva ya que se han hecho recortes al presupuesto de más del 30%. Existen grupos de patrullaje que no tienen recursos para el combustible de vehículos y helicópteros.

“... No contamos con el presupuesto adecuado, ni siquiera para pagar pruebas de aptitud para permitir que los agentes porten armas, los madereros están mejor equipados que nosotros…”, comentó para Reuters, Uiratan Barrossa. Los guardabosques que trabajan con el Ministerio de Medio Ambiente de Brasil a menudo distribuyen castigos duros a madereros ilegales, como quemar sus vehículos, pero continúan teniendo problemas para atraparlos y llevarlos a la justicia.

Esta realidad que vive Brasil muy pronto la estaremos viviendo en carne propia en la zona del Nevado de Toluca, pero a diferencia de Brasil, el gobierno de nuestro país aprobó que se talara de forma sustentable la zona protegida del Nevado; en vez de imponer castigos fuertes a madereros, les abrimos las puertas para que nos traigan el infierno. Deberíamos adoptar medidas más drásticas incluso más que las impuestas en Brasil para proteger nuestros bosques y selvas.

 

Vía: Reuters y Huffingtonpost

imagen: Reuters

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