Hay una gran diferencia entre las personas que se preocupan y las que se ocupan. Muchas personas están preocupadas por el medio ambiente pero pocas son las que realmente realizan cambios tal es el caso de Angelika Mattke y Walter Feess, quienes acaban de recibir uno de los premios más prestigiosos -y económicamente generosos- que se otorgan en Europa.
Este domingo en la ciudad de Würzburg, Mettke y Fees recibirán el premio de manos del presidente alemán Joachim Gauck y compartirán la bolsa de 500 mil euros con Bas van Abel, quien fundó Fairphone, un smartphone producido bajo condiciones justas. Mettke y Fees recibirán el premio por proteger el medio ambiente pero más importante aún, por cambiar la mentalidad del desperdicio masivo.
El sector de la construcción es uno de los que continúa un boom a nivel internacional. Aun en ciudades tan saturadas como la de México, se ven proyectos de construcción alzándose cada día, si no hay más espacio se tira un edificio y se levanta otro en su lugar. En Alemania sucede algo similar, donde se está viviendo un auge y dicho sector se ha unido a las exportaciones y el consumo privado como uno de los pilares de la economía germana.
Sólo en este año las autoridades alemanas aumentaron casi un 22% los permisos otorgados a empresas constructoras e inmobiliarias respecto al 2015. Se espera que la demanda anual continúe y se han anticipa la edificación casi 400 mil departamentos nuevos. Igualmente como en México, muchos edificios son tirados para levantar nuevos y en muchos casos el ‘cascajo’ sobrante sólo es desperdiciado. Es aquí donde entra Angelika Mettke y Walter Feesss, quienes han investigado diferentes enfoques y métodos para procesar el concreto / hormigón que se desperdicia anualmente.
Walter Fees, quien es dueño de una compañía que se dedica a reciclar concreto, asfalto y cascajo de construcciones. Su empresa es la primera en obtener la aprobación y permiso de la Unión Europea para producir y usar concreto reciclado en la construcción.
Angelika y Walter verán sus esfuerzos cristalizados y reconocidos por el premio ‘German Environmental Award’. “...Si esta innovación se implementara en toda la industria de la construcción, aproximadamente un tercio de la demanda de materias primas serían cubiertas con el reciclaje…”, de acuerdo con Mettke.
El dúo de pioneros afirma que el uso de concreto es más sustentable que otros materiales. Es más sencillo y rápido construir paredes o cimientos con concreto líquido que piedra por piedra. Igualmente en estado sólido el concreto retiene calor, transfiere el frío, amortigua el sonido y crea un ambiente agradable, protege contra la humedad, así como contra el fuego, es maleable, de larga duración y ópticamente discreto.
Si bien, todas estas bondades son un gran panorama para la construcción, el concreto también tiene un impacto ambiental que no se puede ignorar ya que el proceso de elaboración consume mucha energía y emite dióxido de carbono a nuestra atmósfera; en el 2012 cerca del 4% de las emisiones de CO2 a nivel global fueron gracias a la producción de concreto.
Cuando un edificio es demolido, todo el concreto que se utilizó para una vez edificarlo se ve desperdiciado y tirado literal en las afueras de las ciudades. Angelika Mettle fue testigo de la caída de Berlín y al finalizar esta etapa, observó como cientos de bolas de demolición rompían las paredes de concreto y terminan por destruir grandes edificios de departamentos prefabricados conocidos como ‘Platte’.
“...Hay demasiada materia prima y energía en las lozas de concreto, es por eso que estaba particularmente interesada en mantenerlas en las cadenas de suministro, específicamente en el área de la construcción…”, de acuerdo con Mettke.
Uno de los problemas del concreto es que se ‘contamina’ ya que absorbe contaminantes del medio ambiente como gasolina, combustible y pintura a través de su superficie. Fees por su parte desarrolló un sistema de lavado que permite recuperar y reciclar las materias primas valiosas que están contaminadas.
Para eliminar cualquier duda del concreto reciclado, éste tiene las mismas propiedades que el concreto nuevo y se ha utilizado en diversas construcciones como en el hospital ‘Charite’, en 30 residencias, edificios deportivos y comunitarios. Igualmente el Senado de Berlín decidió que en las futuras construcciones de gran altura se utiliza concreto reciclado.
Si es un material que se ve como un desperdicio, porque no utilizarlo nuevamente, darle una segunda o tercer oportunidad. Como dice la ley de Lomonósov-Lavoisie, “...la materia no se crea ni se destruye sólo se transforma…”, el concreto que se tira tiene vida útil y esto es lo que nuestros paladines del reciclaje están usando.
Vía: www.dw.com
Imagen: Weisflog / DBU