La extinción es una amenaza que todos los seres vivos enfrentamos, algunos con mayor
peligro que otros. La vaquita marina es uno de estos seres que muy pronto podría desaparecer para siempre de la tierra y seguir la fila de animales extintos.
La vaquita marina es un cetáceo endémico del territorio mexicano que habita en la reserva de la biósfera del alto Golfo de California. Es uno de los cetáceos más pequeños del mundo ya llega a medir cerca de 150 cm y pesa hasta 50 kg. Se caracteriza por ser un especia tímida y a diferencia de sus semejantes los delfines, no salta en la superficie del mar, simplemente emerge unos cuantos segundos. Es por esta razón que es muy difícil ver un espécimen vivo, adicional a que ya también quedan muy pocos ejemplares.
En 1997 la población de vaquitas era de 567, 3 años después se registró una gran caída a 300 y en el 2015, 15 años más tarde su población total era de 97 ejemplares. Para este 2016 se ha perdido el 40% de su población. De las 129 especies de mamíferos marinos en peligro de extinción la vaquita marina está considerada es la que está considerada en mayor peligro, de acuerdo con el PNAS (Proceedings of the National Academy of Sciences). Igualmente está clasificada dentro del listado de las 100 especies de mamíferos del mundo en peligro de extinción por Evolutionary District and Globally Endangered (EDEGE).
Al día de hoy quedan menos de 60 ejemplares, este hecho fue traído a la luz gracias a un grupo internacional de expertos que han alertado sobre esta situación y las amenazas más comunes que enfrentan como las redes de los pescadores locales. Tanto el gobierno de los Estados Unidos como el de México han puesto en marcha medidas de conservación pero se cree que no serán suficientes para detener esta tragedia.
No es el primer caso donde un cetáceo desaparece, el primero fue el baiji o delfín chino de río el cual se extinguió en el 2008. Al igual que el Baiji, la vaquita podría perder el combate contra la intervención humana en el 2018. “...Es una gran decepción porque hemos trabajado mucho por revertir la situación…” afirma Lorenzo Rojas, quien es especialista de cetáceos por parte de la Comisión de Áreas Naturales Protegidas de México.
Se han realizado diferentes esfuerzos para proteger a las vaquitas marinas. En el 20015 se creó un refugio prohibiendo en éste la pesca comercial y se invirtieron más de 30 millones de dólares para compensar a los pescadores y promover el uso de otros métodos de pesca. Igualmente, se han formado equipos científicos internacionales para estudiar su población, ritmos reproductivos y hábitat. Barbara Taylor quien fungió como miembro de este grupo se creía optimista ante las medidas emitidas “...creíamos que sería fácil aumentar un 4% los ejemplares cada año, en cambio se tuvo un descenso del 18.5% anual…”. Según Rojas, este descenso se debe a la pesca ilegal.
La mayor amenaza que enfrenta la vaquita es el uso indiscriminado y no penalizado de redes para la pesca en donde se pretende atrapar totoabas (un pez que igualmente se encuentra en peligro de extinción y que se localiza en este Golfo), pero la vaquita termina siendo un pesca colateral.
Cada día son lanzadas al mar más de 700 kilómetros de redes legales durante la temporada de pesca (entre agosto y septiembre), este número es sin contar las redes ilegales. Expertos argumentan que sólo existe una solución para salvar a las vaquitas y es prohibir todo tipo de pesca en la región; si bien esta solución es un tanto radical y se tendría que pensar en incentivos para los pescadores, si no se realiza las vaquitas acabarán en los libros de texto con muchos otros animales extintos.
Estudios realizados en el Golfo de Santa Clara, el cual es uno de los tres puntos en los que habitan las vaquitas, indican que las redes de enmalle causan cerca de 39 muertes de vaquitas por año, lo cual representa el 17% de a población total dentro del golfo.
Una medida que posiblemente pueda ayudará tanto a la vaquita como a la totoaba es eliminar al 100% la pesca de este pez. Esto se podría lograr con el apoyo de los gobiernos de Estados Unidos y China. Esta medida se aprobó el 16 de abril de 2015 en donde el gobierno mexicano decretó un programa para rescatar y conservar a la vaquita marina y la totoaba con vedes y apoyo económicos a los pescadores de la zona.
Pero aún y con estas medidas en marcha el optimismo es bajo, si bien la mayor causa de mortalidad de la vaquita marina es la pesca circunstancial, hay problemas que no se han tomado en cuenta para la recuperación de la población, ya que al tener menos ejemplares para su reproducción habrá menos contacto y su reproducción se verá afectada.
Vía: National Geographic, Greenpeace, El Universal
Imagen: Capital Quintana Roo