El jabón, junto con la pasta de dientes (y otros más) son productos que usamos diariamente y los efectos que tienen en el medio ambiente pueden pasar desapercibidos por lo mismo que son parte de nuestra rutina diaria. El origen de este producto data hace unos cuantos milenos y cuenta con diversas leyendas e historias de pueblos que atribuyen su invención.
Si bien el jabón continúa siendo la base para la limpieza como en milenios pasados, lo que ha cambiado son las presentaciones y la forma de elaborarlo; ingredientes como petróleo (sí, muchos jabones tienen petróleo), aceite de palma (la mayoría contiene este ingrediente que está acabando con el hábitat de cientos de animales en el sureste asiático por la rápida deforestación), grasa animal o vegetal, están presenten en el jabón.
El problema no sólo son los ingredientes (que de por sí ya son un dolor de cabeza para el planeta), también está la presentación en que vienen. Mucho se ha dicho acerca de los beneficios del jabón en barra y el líquido, pero lo que un gran número de personas desconoce es el impacto ambiental que se desprende de algo tan simple como la presentación de un jabón.
Un gran número de personas está optando por comprar jabón líquido porque consideran que el jabón de barra está cubierto de gérmenes, algunos otros sólo han migrado al líquido por cuestiones de conveniencia.
De acuerdo con un reporte del grupo Mintel, el jabón en barra ha perdido participación de mercado ya que en general el mercado ha crecido 2.7% pero este tipo de jabón perdió 2.2%. Igualmente el porcentaje de casas que usan o compran jabón en barra se redujo un 4%, de 89% a un 84% entre 2010 y 2015 y el 55% de los consumidores considera que el jabón líquido es más conveniente que el de barra. Conveniencia, uno de los grandes paradigmas de nuestra época.
El jabón líquido es más ‘conveniente’ porque es más fácil de manipular, no se escapa de nuestras manos y no requieren un ‘platito’ para que no ensucie la superficie, entre otros aspectos de confort… pero ¿realmente es mejor comprar un jabón líquido? Para nosotros es más ‘sustentable’ adquirir jabón en barra que líquido.
Tan sólo en Estados Unidos, se estima que en el 2015 el gasto en jabón líquido superó los $2.7 billones de dólares. Aproximadamente una botella de jabón cuesta entre los $2 y los $9 dólares (con excepción jabones más exclusivo), si sacamos un promedio sería de $5.5 dólares; esto quiere decir que tan sólo en el 2015, cerca de 500 mil botellas de plástico fueron desechadas a vertederos y con fortuna sólo un 10% de esas pudo ser sido reciclada.
Por otro lado el diario Huffington Post declaró en un artículo reciente que la huella de carbono es 25% mayor en los jabones líquidos que en los de barra. Este resultado se desprende del Instituto Suizo Federal de Tecnología, quienes realizaron dicho análisis midiendo el lavado y aplicación.
Esto porque usamos 7 veces más jabón líquido (2.3 gramos por aplicación aproximadamente) que jabón en barra (0.35 gramos por aplicación). El jabón extra significa que visitaremos más seguido los anaqueles para abastecernos de jabón líquido, más químicos, más procesos, más energía, más emisiones de carbono y más empaques tirados.
Para cerrar y quitarle el velo al mito de los gérmenes en el jabón de barra (que personalmente desconozco el por qué tanta preocupación por ‘gérmenes’ en el jabón). Un estudio reveló que un jabón contaminado de bacteria no transfiere los gérmenes a otra persona durante el lavado.
Si bien se recomienda a las personas que están en el campo de la salud como los hospitales o dentistas que usen jabón líquido, la verdad es que cualquier de nosotros podemos usar el jabón en barra y disminuir nuestro impacto ambiental.
Así que al final, el jabón en barra es más amigable con el medio ambiente y si llegan a conseguir jabones sin aceite de palma mejor. De hecho muchos contaminantes y desperdicios han llegado a ser una pesadilla para el planeta por la comodidad del ser humano; los invitamos a dejar atrás el jabón líquido y opten por un jabón en barra sin aceite de palma, hay que sacudir nuestra apatía y pereza para limpiar nuestro planeta.
Vía: Huffington Post, Daily Mail,
Imagen: 1929blog.wordpress.com