Si alguien pudo conocer las cascadas del Salto de Juanacatlán hace unos años te podría decir que eran una de las maravillas naturales que tenía México. Era un lugar de convivencia donde las personas de la localidad jalisciense podían pescar, nadar y jugar.
Hoy sólo es un vago de recuerdo, esa belleza tomo un rostro totalmente diferente enmarcado por los hedores de azufre, las cascadas tienen una tonalidad amarillenta y a las orillas del río se pueden apreciar nubes de espuma blanca que al final se evaporan y son inhaladas por los habitantes de la zona.
Este paraje natural fue abandonado por la autoridades e infectado por los ciudadanos y empresas, quienes no pudieron detectar a tiempo la seriedad del problema. Ahora un grupo de locales quieren intensificar la labor de salvamento; aunque podría ser demasiado tarde para ‘El Salto’ ya que de acuerdo con los habitantes, se estima que la contaminación del río ha tomado la vida de más de 600 personas en los últimos ocho años, en el 2015 fueron 72.
La devastación de ‘El Salto’ comenzó en los años 70’s cuando las industrias comenzaron a congregarse en Juanacatlán –que ahora luce muy decrépito, como un pueblo agonizante- que es un municipio muy cercano a Guadalajara.
Al día de hoy El Salto es el hogar de cerca de 300 negocios, incluyendo firmas nacionales e internacionales de autos, electrónicos, plantas químicas, farmacéuticas y compañías de comida y bebidas. Muchas de estas empresas son sospechosas de haber utilizado el río que rodea a todo el municipio para tirar sus desechos tóxicos.
La Comisión Nacional del Agua realizó un reporte en el 2015 en donde sus principales hallazgos fueron que el río Santiago, que serpentea por 561 kilómetros por el oeste de México y pasa por El Salto, es el río más contaminado del país. Igualmente, en el año 2011, la Comisión Estatal de Agua de Jalisco y el Instituto Mexicano de Tecnología del Agua detectaron 1,090 agentes contaminantes en el agua, ¡1,090!, incluyendo arsénico, mercurio, cromo y disruptores hormonales los cuales pueden causar tumores cancerosos, defectos de nacimiento y otros trastornos del desarrollo humano.
¿Cuál es el costo de tener firmas que salen impunes en sus acciones?, lo peor es que muchas personas y habitantes ya están habituados a esta escena sacada del cuadro de Boticcelli.
El problema reside cuando un gobierno, más bien muchos gobiernos, porque este problema se ha venido acarreando durante décadas, lo único que han hecho es tapar el problema y dejárselo a la siguiente administración. Es aquí donde entra la sociedad, cuando falla un gobierno, los ciudadanos son quienes debemos seguir la lucha y fue así como se forma el grupo 'Un Salto de Vida' en el 2005, para luchar por todas las víctimas que está cobrando la negligencia de las corporaciones.
Eugenio Polgvosky, quien es al autor del documental próximo a estrenarse ‘Resurrección’ habla de cómo los lugareños están acostumbrados a ver ya su río contaminado. “…Es una imagen sacada de la ciencia ficción, poco a poco se vuelve normal, la gente se adapta a esta escenario Dantesco, incluso hay niños que juegan con la espuma usándolos como sombreros o bigotes…”.
Sólo la muerte fulminante de un niño atrajo la atención de los reflectores del gobierno. Miguel Ángel Lopez falleció en el 2008 cuando estaba jugando en el borde del río y accidentalmente cayó e ingirió una dosis fatal de arsénico.
En ese momento el gobierno se puso a trabajar y construyó la planta de tratamiento de agua ‘El Ahogado’ en el 2012; aunque esta sólo tiene la capacidad de tratar el 75% del agua de las aguas residuales y residuos industriales que desemboca en el río.
Si bien es un adelanto, el problema persiste ya que de las 100 recomendaciones realizadas por diferentes autoridades, incluida la Comisión de Derechos Humanos de Jalisco, para mitigar este problema sólo se han llevado a cabo una cuarta parte. Adicional a las 628 muertes registradas en los últimos ocho años, existen casi 3 mil casos con problemas de salud como: insuficiencia renal, cáncer, leucemia, enfermedades de la piel e infecciones digestivas y respiratorias.
La solución es simple, dejar de contaminar el río y hacer una limpieza profunda, el problema son las acciones que se quedan retrasadas. Esto no sucederá a menos que se contrate a personal que se enfoque a tener un estándar de calidad de agua, regulaciones estrictas hacia las corporaciones y en caso de violarlas, repercusiones reales.
Vía: Vice
Images: Greenpeace e IMCINE