Desde niños, hemos crecido con la noción de que los polos de nuestro planeta están cubiertos de grandes masas de hielo que se expanden por cientos de miles de kilómetros… esto ya no es así. A partir del 23 de mayo de este año sucedió algo extraordinario en el Polo Sur.
El Polo Sur era nuestro último bastión en el mundo que no superaba el umbral de emisiones de carbono pero esto ha cambiado. Durante la última década las emisiones de CO2 han aumentado de manera constante, de 8,3 millones de toneladas en 2006 a aproximadamente 10 millones de toneladas el año pasado.
La concentración de CO2 en la atmósfera ha crecido en el paso, superando brevemente los históricos 400 partes por millón hito (ppm) por primera vez en 2013. Lo preocupante es que en mayo de este año el CO2 se elevó a 400 ppm durante un mes entero. Estamos a punto de vivir en un mundo en el que 400 ppm o mayor en estado permanente, algo que no ha sucedido en millones de años.
Las concentraciones de dióxido de carbono suben y bajan cada año, pero hemos sido testigos de una tendencia constante al alza desde que comenzaron las observaciones diarias en el Observatorio Mauna Loa en Hawaien 1958. Esa estación, ha registrado los niveles de CO2 desde 1950 teniendo niveles promedio de 310 ppm, pero desde que se rompió la barrera de los 400ppm en 2013, las lecturas de de 400ppm o mayores se han convertido en la norma.
El científico Ralph Keeling declaró recientemente “estamos en una nueva era de la historia; depende de nosotros decidir cómo se verá esta nueva era”. Al igual que Keeling, nosotros pensamos que somos parte del cambio, si bien ya superamos esta barrera/umbral, estoy seguro que si abrimos nuestras mentes y dejamos de ser tan miopes podremos darle una cara a nuestro planeta.