Anteriormente describimos el fast fashion como el modelo de negocio que adoptaron diferentes empresas textiles en donde toman las tendencias que apenas se están viendo en las pasarelas para diseñar, manufacturar y comercializar de forma más rápida y económica a las masas; de esta forma podemos conseguir jeans de $10 dólares y playeras de $5 dólares… pero como dice Lucy Siegle “…la moda rápida no es gratis, alguien en algún lado está pagando el precio …”. Nosotros pensamos que este precio lo está pagando el planeta y las personas que trabajan realizando estas prendas.
¿Se imaginan lo que es vestir a más de 7 billones de personas en el mundo? Aún si cada persona tuviera unos pantalones, una playera y una chamarra, ya serían 21 billones de artículos. Ahora si a cada uno se le añade un par de zapatos y ropa interior la cuenta asciende a 35 billones, ahora contemos el número de jeans, playeras, sudaderas, pijamas, tenis, zapatos, camisas, etc por 7 billones…bueno ya se dieron una idea.
La industria textil, el hedonismo y el narcisismo exacerbado están contaminando nuestro planeta a un ritmo que sólo puede ser comparado con el consumo de carne. ¿Por qué seguimos alimentando una industria que se beneficia de la explotación de nuestros recursos naturales, que contamina nuestros ríos, que tiene una de las peores condiciones de trabajo para los que confeccionan estas piezas? Al terminar de leer esta noticia se habrán fabricado casi ¡1 millón de prendas de vestir en el mundo! Es decir, cada segundo se están elaborando cerca de 2,500 artículos.
Actualmente vemos campañas de reciclaje de ropa de las grandes corporaciones pero este avance o esta conciencia ambiental no es la solución al problema que es disminuir nuestro apetito por ropa nueva; el problema es que dichas empresas piensan que tienen las manos limpias al realizar este tipo de prácticas pero la realidad es que si quisieran actuar sobre los problemas reales tendrían que comunicar campañas de consumo responsable, otorgar condiciones de trabajo decentes, pagar más de $3 dólares por día a las fábricas que elaboran las piezas, usar tintes que sean amigables con el medio ambiente y un largo etcétera de buenas prácticas.
Pero no todo tiene un ladro negro en esta industria, hay marcas que están un paso adelante, en donde usan la ropa reciclada e incluso basura para elaborar nuevas prendas. Así mismo se están usando nuevas tecnologías en tintes, producción de fibras y la reducción de recursos naturales – se necesitan entre 2mil y 3mil litros de agua para producir un pantalón de mezclilla-. Existen empresas que sí están realizando acciones para mitigar su impacto ambiental, lamentablemente no tienen el presupuesto o el poder de comunicación que grupos como Inditex. Técnicas como el uso de té fermentado, tintes biodegradables y granos de café reciclados, están siendo probadas para poder dar el salto y llegar a las tiendas de moda.
Nosotros en Planeta-2 seguiremos siendo fieles a nuestra filosofía y tenemos el compromiso de encontrar alternativas que sea un cambio positivo. Esperamos que después de leer esto e informarse sobre los estragos que tiene esta industria en nuestro planeta tomemos una mayor conciencia sobre nuestras decisiones de compra.